Traductor

Páginas vistas

martes, 10 de abril de 2018

PEDAZOS DE “LOS BASURITA DE CARAJILLO” (15) > Capítulos 6 y 28

CAPÍTULO 6: DE MONCHITA A MONCHA
  Andando 1936 Monchita se había convertido en Moncha, una robusta mujer de melena oscura y lacia, anchos hombros y rostro ordinario, cachetigordo y olvidable. 
  Con sus necesidades resueltas por su pudiente familia, su gran preocupación al acercarse a su tercera década de vida consistía en no haberse apuntado un solo pretendiente en su haber. Ella lo achacaba a su aspecto. Y eso la golpeaba, la golpeaba mucho. 
  A las jóvenes que tenían cumplidos los treinta les resultaba muy difícil, por no decir imposible, hallar un enamorado. Los hombres las consideraban previejas a punto de empezar a marchitarse. 
  Y si una superaba las barreras de la apariencia y la edad, encima, para más inri, se enfrentaba a otro problema: el candidato debía ser aprobado por sus padres. 
  Tiempo atrás Manolo Cafre se interesó en Milagrosa y a ella le gustaba. Pero la cúpula de los Villazón consideró que él no estaba a su altura. 
  ─Ni lo pienses. Esos Cafres son unos guaricandillas ─argumentó Mamá Mayía. 
  ─Unos muertos de hambre ─sentenció Doño. 
  Por mucho que Mila lloró, se mantuvieron en lo dicho. El noviazgo se vio obligado a morir antes de nacer y ella sacó pasaje hacia el país de la soltería eterna.







CAPÍTULO 28: JUGAR, CRECER Y DAR TUMBOS
  Vivir la primera infancia en un pueblo de campo era una experiencia maravillosa. Mientras se iba descubriendo poco a poco cómo funcionaba el mundo, durante los seis primeros años no se asistía a la escuela ni se tenían compromisos o deberes, excepto uno: «portarse bien», mandamiento no complicado de obedecer si se aplicaba el sentido común.
  La existencia se le presentaba a Jaimito como un complejo sistema de interrelaciones entre los seres vivos, las cosas y los acontecimientos, un embrollo vasto y enigmático situado más allá de la capacidad de comprensión de un fiñe. Por ello él no se calentaba el coco. La vida era jugar, crecer y dar tumbos. Y a eso se dedicaba todo el santo día.
  Quitando los intervalos para alimentarse y asearse, su peripecia cotidiana consistía en un delicioso e irresponsable devenir por la nada más absoluta: levantarse por la mañana y entretenerse todo el tiempo hasta el momento de dormir. Así de sencillo. Así de estupendo.

////////////
“LOS BASURITA DE CARAJILLO”
ESTÁ DISPONIBLE EN AMAZON.
ESTE ES EL ENLACE:
////////////
MÁS FRAGMENTOS DE LA NOVELA SE PUEDEN ENCONTRAR
EN OTRAS PIEZAS DE ESTE BLOG
Y EN MI SITIO DE FACEBOOK
//////////////////

No hay comentarios:

Publicar un comentario