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sábado, 25 de julio de 2015

TERCERA EDAD

TERCERA EDAD
(Relatos basados en hechos reales)
Para Ivón, mi amiga.


MARITERE
    Pequeña, dulce y entrañable, estuvo enferma hace un tiempo. Tuvieron que operarla.


-- Hola, Maritere -me la encuentro en la frutería de mi barrio-, ¿cómo estás?
-- Muy bien. La semana pasada me hicieron un chequeo y no tengo problemas.
-- Pues me alegro.
-- Estoy sanita como una manzana, gracias a Dios. Para una persona mayor, que ya cumplió 80 años, ¿qué más se puede pedir?
-- ¿Ya cumpliste 80?
-- Sí, nací en mayo de 1934, antes de la Guerra Civil.
-- Maritere, si naciste en el 34 y estamos en julio de 2015, entonces ya tienes 81.
-- ¿81?
-- Claro, saca la cuenta para que veas.
-- Pues, mira, es verdad. Yo estaba confundida.


    Y una ancha sonrisa de satisfacción irrumpe en su rostro.


-- Caramba, le había dado una patada más en los huevos al calendario y yo sin darme cuenta.


    Y se ríe, los ojos brillándole. La risa de Maritere es una de las mejores cosas que le pueden pasar a cualquiera.


miércoles, 8 de julio de 2015

EL YIN EN MADRID, JUNIO DE 2015 / SIETE ESTAMPAS


Estampa 1: PANTER Y TERESITA 
    El viernes 26 de junio de 2015, cuando aterrizó en Madrid el Iberia que me trajo desde Venecia, tenía el presentimiento de que me esperaban varios días de emociones fuertes. Después de veinte años de ostracismo voluntario en Galicia, me iba a encontrar en vivo y en directo con amigos cubanos a los que no veía desde mucho tiempo atrás.

    Del aeropuerto de Barajas me fui directo al hogar de Panter, a quien dejé de ver cuando era un niño. Panter, hoy ya un treintañero que reside en España desde hace años, es hijo de un matrimonio muy cercano para Loly Buján y para mí, el que integraron nuestros compañeros del ICRT Álex Álvarez y Teresita Rúa. Ellos y nosotros formamos una piña allá por los 80 y fueron innumerables las veladas que pasamos juntos en su piso de la calle 23, con aquella amplia y altísima terraza desde la que se podía divisar una panorámica del Vedado y allá abajo, en una especie de gran pedregal, el trasiego constante de camiones con los materiales que se empleaban en construir los refugios antiatómicos que salvarían de las bombas a la población civil cuando los yanquis malos malosos bombardearan La Habana.
    Álex, actor y director, lamentablemente falleció en 2003. Da la casualidad de que Teresita, quien sigue viviendo en La Habana,  estaba de paso por Madrid en junio, lo que me dio la oportunidad de reencontrarme con ella. Tere, además de una excelente actriz, es una persona de una enorme calidad humana. Actuó muchas veces en los programas dirigidos por la Buján y al calor del trabajo forjaron una gran amistad. Ambas se consideraban hermanas más que amigas. Tras por lo menos 25 años sin vernos, abrazar a Teresita y compartir recuerdos y experiencias con ella fue algo muy fuerte. En varias ocasiones, al mencionar a Loly, no pudimos evitar que brotaran nuestras lágrimas. Porque uno no es de palo y han pasado muchos años y muchas cosas.
Teresita Rúa y Panter Álvarez



Estampa 2: NELSON, NORA Y LISSETTE
    El sábado 27 por la mañana, vino Nelson Harrington a buscarme para llevarme a su casa, donde iba a albergarme los próximos días.
    Nelson es uno de los mejores musicalizadores que tuvo la TV Cubana, que destacó en la época en que era difícil hacerlo porque brillaban los grandes. Él y yo hicimos muchos programas juntos y no nos veíamos desde que se asó por primera vez la manteca. Harrington lleva 34 años en Madrid. Al llegar al exilio tuvo que reciclarse, como la mayor parte de los cubanos, y para ganarse los frijoles negros trabajó como guionista, camarógrafo, editor, etc. llegando a dominar el campo del audiovisual. Es un artista; sólo hay que ver los cuadros que pinta. Ahora está jubilado.
 Nelson Harrington y Nora Avés
    Nelson y su esposa Nora Avés, a quien yo no conocía personalmente, se hicieron tan amigos míos por Facebook allá por 2013 que un día decidimos considerarnos primos. Se puede decir que me adoptaron, integrándome en su bien llevada familia. Ambos forman un matrimonio entrañable, que transmiten decencia y buen rollo. Son gente servicial y desprendida, tanto que hasta al principio me sentí cortado porque uno es un huésped que no quiere molestar pero enseguida me tranquilicé al comprobar que me ofrecían su hospitalidad con sinceridad en los ojos. Allí conocí a su hija Lissette, una joven fotógrafa de mucho talento y a Kira, su nieta de nueve meses que los tiene abducidos y con la que practican encantados el abueling.

    Nora es una persona dulce, de gran sensibilidad y sentido del humor, abierta al arte y a la literatura, de conversación fluída y enriquecedora. Escribe muy bien pero no ha dado a conocer lo que hace. Quedó en mandarme algunas de sus obras. Trabajó durante muchos años en una organización que ayudaba y resolvía problemas a inmigrantes y refugiados, entre ellos cubanos que llegaban a España en busca de una nueva vida, y eso marcó su carácter.
 Nora Avés, Lissette Harrington, Yin Pedraza Ginori y Nelson Harrington.
En la pared, un retrato de Greta Garbo pintado por Nelson.

    Pasar tres días en el cálido hogar de Nelson, Nora y Lissette, conversar con ellos de lo humano y lo divino, fue para mí una experiencia muy agradable. Todas las noches nos cogieron las tantas de la madrugada paliqueando. Espero no haberles defraudado ya que deseo fervientemente que eso de ser primos deje de ser una ocurrencia ficticia y se convierta en una realidad.

viernes, 3 de julio de 2015

EL YIN EN ITALIA / JUNIO DE 2015


Inés María López en el restaurante de su hotel Elsinor
  Mi entrañable amiga, la actriz y escritora Inés María López, quien fue presentadora de mi programa Joven Joven, tiene un hotel en la región de Veneto, al noreste de Italia. Se llama Elsinor, como el castillo de la shakespereana Hamlet, y está situado al pie del monte Grappa, en Romano D'Ezzelino, un lugar sosegado, placentero y de encanto especial, en las afueras de la ciudad de Bassano. En junio de este año me he pasado allí diez días espléndidos, despejando la mente y recargando mis pilas.

  Además del restaurante, el hotel de Inés María tiene un bar especializado en vinos, llamado "Ciak Bar", y una discoteca latina a la que han nombrado "La Bomba" y que funciona de jueves a domingo.
Al fondo de la foto se ve el impresionante Monte Grappa.
Inés y su marido italiano Zeno son dos seres que desbordan amabilidad y buen rollo y hacen lo posible y lo imposible porque sus huéspedes lo pasen de maravilla. Se come muy bien (Zeno es un excelente chef que mete unas pizzas artesanales que pa que te cuento), se disfruta de tranquilidad y, lo mejor de todo, desde allí se puede ir y regresar en el día a varias ciudades de película, muy vivas y al mismo tiempo llenas de historia, de ésas que una vez visitadas se te convierten en inolvidables.