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jueves, 17 de diciembre de 2015

MASANTÍN EL TORERO ANTE LA COMISIÓN DE EVALUACIÓN

   Era el 18 de noviembre de 1977 y el Granma daba a conocer la existencia  de la Resolución Nº 68 que establecía la evaluación de los trabajadores del sector del arte y la cultura.
   El propósito era vincular la producción con los salarios. Para ello se estaba trabajando en una nueva forma de organización económica cuyo paso previo previo era la clasificación del personal en varios niveles.

   Por los pasillos de Radiocentro corrió la noticia y tras ella los rumores: la evaluación, la temida evaluación, era un hecho y estaba al doblar de la esquina. Fue suficiente para que cundiera el nerviosismo y se dispararan todo tipo de especulaciones.

Edificio Radiocentro, sede del ICRT (Habana)

CAPITALISMO Y SOCIALISMO
   Era normal que la gente se preocupara porque estaban en juego sus ingresos. El artístico es, por su naturaleza, un sector donde la creatividad y la subjetividad juegan un papel fundamental. En él, resulta especialmente complicado determinar cuál es la norma y lo que, en base a ella, debe percibir una persona por su trabajo.
   Se trata de una rama en la que la oferta y la demanda se mueven en su salsa. Tú pagarías mucho por la entrada a un concierto que a mí no me interesa en absoluto. El grado de aceptación de una obra o de un artista por parte del receptor es determinante en el capitalismo. Veamos dos ejemplos:
   Supongamos que el pintor Fulano fuese considerado el mejor de Cuba. Alguien decide comprarle un cuadro. El precio es el resultado de una puja, de un acuerdo comercial entre las dos partes.
   La cantante Mengana es reconocida por toda la profesión como el paradigma de la perfección musical pero gusta sólo a unos pocos. Si la empresa de un teatro la quiere contratar le ofrecerá menos dinero que a otra intérprete que está lejos de alcanzar el mismo nivel de maestría pero abarrota los sitios donde se presenta.
   En el sistema socialista el asunto se enmaraña porque el estado es el único empresario empleador, el que decide. ¿Cuál es la tarifa que homologue con justicia casos tan diversos como los que se presentan en el día a día en el mundo del arte?
   Supongamos que al pintor citado arriba, por su excelencia, se le asignase el sueldo máximo mensual de la escala salarial. Lo que nos llevaría a una pregunta derivada: ¿Cuántas obras y de qué calidad debe producir al mes para merecer ese estipendio?
   ¿Deben ambas cantantes, la que atrae público y la que no, ganar lo mismo?
   No planteo que no se pueda resolver el problema. Digo que es difícil, si se quiere actuar con equidad, un factor del que muchos presumen pero pocos llevan a la práctica.

QUINCE AÑOS DESAFINANDO

   Las evaluaciones de los cantantes cubanos dieron mucho que hablar. Se les exigía plantarse ante un tribunal examinador e interpretar varias obras. Además, acreditar una serie de conocimientos musicales y cualidades vocales que no todos los que llevaban años en la profesión poseían. Se presentaron casos como los siguientes:
     ¿Cómo evaluar, con apego a unos criterios técnicos rigurosos, a un favorito del público que ha estado desafinando sistemáticamente desde que empezó su carrera, quince años atrás?
       ¿En cuál categoría ubicar a artistas espontáneos e inclasificables como Juana Bacallao y Faustino Oramas "El Guayabero"?

CÓMO ME CONVERTÍ EN EVALUADOR
   El trabajo se hizo bajo la orientación de la Comisión Nacional de Implantación del Sistema de Evaluación en la Rama Artística. El 16 de julio de 1980, el diario Granma publicó una información bajo el siguiente titular: 
"El proceso de evaluación de la rama artística ha concluído en lo esencial" 
   Calculo que debe haber sido en el 79 que el ICRT comenzó a clasificar a sus técnicos y artistas en categorías. Esto sirvió de punto de partida para reorganizar la plantilla y las retribuciones de los distintos puestos de trabajo.

LA PARTE BUENA Y LA PARTE MALA

   Un día asistí a una reunión de alto nivel en la que me informaron que yo había sido seleccionado como uno de los evaluadores. Me dijeron que para escogerme se tuvo en cuenta mi título de graduado en Historia del Arte en la Universidad de La Habana, mi trayectoria como director y la calidad de mis programas.

sábado, 12 de diciembre de 2015

OMARA PORTUONDO, UNAS GANAS TREMENDAS DE CANTAR

   En 1968, cuando escribí el retrato periodístico que van a leer a continuación, Omara Portuondo y yo éramos buenos amigos. Puedo afirmar que muy buenos amigos. De ésos que, en un tiempo en que no existía todo lo que hoy facilita la comunicación (móviles, e-mail, WhatsApp, Skype, Facebook), se veían a diario, compartían momentos, comentaban lo que les ocurría, se apoyaban. En fin, sociales de verdad.

   Portuondo Calá eran los apellidos del comentarista deportivo de La Voz de las Américas. Y cuando cogimos confianza, me dio por llamarla Omara Portuondo Calá. Ambos estábamos empezando carreras.

   Tras cantar y bailar mucho por aquí y por allá en un período de despegue que duró demasiado tiempo, ella acababa de iniciar su trayectoria estable de solista tras quince años como puntal en el mítico Cuarteto de Aida.

   El guajirito que era yo, apenas estaba terminando de soltar el arique que trajo enganchado desde Las Villas. Y andaba metiendo cabeza por donde podia, hacia pinitos en periodismo, shows de variedades en teatros y había comenzado año y pico antes a cumplir su sueño de ser director de televisión.
   En ese entorno, nuestros caminos se cruzaron y surgió una amistad cómplice, entrañable, sincera.

   Me gustaba departir con una antiestrella, una artista gigante que no se consideraba gigante, una persona sencilla, de zapatillas para la calle y pañuelo en la cabeza para no tener que peinarse, que saludaba a todo el mundo y se preocupaba por los problemas de todo el mundo, que me enseñó que el filin podía ser una manera de tratar a los demás. Ésos fueron mis motivos. Los de ella para ser mi amiga nunca los supe porque, a decir verdad, yo interesante no era.

   Omara y Ginori, por acá y por allá. En la cafetería del hotel Riviera o en la del Nacional. En los estudios del Focsa, en sus programas o en los míos. Acompañándola al puesto de frutas a recoger ls naranjas que le habían tocado por la libreta. Montados en mi moto Berlín (1). Omaritiyita y el Ginorito. Dando vueltas. Parriba y pabajo. Juntos en el cariño hacia Aida Diestro y en la admiración por el Che, Elena Burke, Marta Valdés, Paquito D’Rivera y Chapottin. Juntos en La Habana repleta de vida y de futuro de los años 60. Juntos.

   Partiendo de ese contexto, me fue fácil redactar sobre ella. Muchas preguntas no se las tuve que hacer porque ya me sabía las respuestas. Me senté ante la máquina de escribir y los párrafos me salieron a borbotones. El lector notará enseguida la complicidad. Y mi simpatía y mi respeto por aquella mujer de andar por casa que, sin alharacas ni montones de anuncios, ocultándose de su destino dentro de un cuarteto, guardaba en su interior a una cantante excepcional que se paseaba sin problemas por obras complicadas como “La era está pariendo un corazón”, “Vuela pena”, “Como un milagro”, “Río al sol” o la que apareciera, por difícil que fuera.

   Mi texto apareció en el número de abril de 1968 de la revista Cuba, enriquecido por unas fotografías estupendas de Iván Cañas.
   A ella y a mí todavía nos quedaban unos cuantos años más de buena amistad.

martes, 8 de diciembre de 2015

PRADO Y ÁNIMAS, EL PALACIO DE LOS MATRIMONIOS

   El imponente edificio neorrenacentista de la esquina de Prado y Ánimas, construido en la segunda década del siglo XX, fue sede durante medio siglo del Casino Español de La Habana.
   Al triunfo de la revolución, el gobierno lo expropió justificando su decisión con el argumento de que en Cuba debían desaparecer las sociedades que discriminaban, aquellas a las que sólo podían acceder los sectores de la población que cumpliesen sus requisitos de admisión.
   Años después, el gran inmueble fue convertido en un sitio dedicado a celebrar bodas, al estilo de los palacios de los matrimonios que existían en la URSS y otros países socialistas europeos.

   Allí nos casamos Loly Buján y yo el miércoles 4 de febrero de 1970.
   En la foto de arriba aparecen los familiares (Lolita, Susa...) y amigos que nos acompañaron aquella tarde. Entre ellos, la actriz Dulce Velasco, el actor Rafael Díaz y el director de cine Rigoberto López.
   En la foto de abajo, de izquierda a derecha: Germán Pinelli, Antonio Vázquez Gallo, Sarita Reyes, Fidel Morales, Antonio Miguel Sánchez, Lidia Sánchez, Tony Fernández, Josefina de Zayas, Rafael Díaz, Loly Buján, Germán Navarro, Yin Pedraza Ginori, Rigoberto López y Cary.

   Tres años antes yo había escrito un reportaje sobre el Palacio de los Matrimonios que fue publicado en el número de mayo del 67 de la revista Cuba (1) (2). Lo reproduzco a continuación.

viernes, 4 de diciembre de 2015

LOS PAPINES / TASCA TASCA LE DIJO A TESQUE TESQUE

   Lo que van a leer a continuación es un modesto homenaje a mis amigos los hermanos Abreu, leyendas del arte cubano.
   Lamentablemente Papín, Alfredo y Luis ya no están en este mundo. Espero que el todavía activo Jesús pueda leer esta pieza del blog y por ella se entere de que todos, los cuatro, continúan vivitos y coleando en esa zona de mi mente donde habitan los recuerdos inolvidables y los afectos de toda la vida.
SIEMPRE PAPINES
   A mediados de los años 60, el cuarteto cubano Los Papines (percusionistas, cantantes, showmen) se presentó en “Música y Estrellas”, el programa televisivo de Manolo Rifat del que yo era asistente de dirección. Allí les conocí, si la memoria no me falla.
   Pero cuando llegué a relacionarme más con ellos fue en una temporada que hice en el teatro Amadeo Roldán, de Calzada y D, Vedado. El Amadeo era la meca de las variedades en La Habana de entonces (1). Todos los artistas importantes, nacionales y extranjeros, pasaban por su escenario. Y allí actuaban, porque se habían ganado estar en ese nivel, Los Papines.

   Les recuerdo como unos grandes profesionales. Recibiendo clases de canto con el Maestro Luis Carbonell. Superpreocupados por el audio y las luces. Siempre puntuales, siempre sus números bien montados, siempre respetuosos con el público, siempre dispuestos a apretar.

TODOS PARA UNO
   En aquellas semanas en que tuvimos tiempo para conversar y conocernos mejor, surgió nuestra amistad, que continuó con los años. Eran cuatro y parecían uno. Andaban juntos parriba y pabajo. Uno se los podía hallar al mediodía en el lobby del Habana Libre, una tarde en Radiocentro asistiendo al colectivo de preparación de un telemusical o cualquier noche en la cafetería que estaba de moda, la del Capri.
   Todos para uno y uno para todos, los cuatro juntos. Decentes, caballerosos, impecables en sus maneras, atildados, sonrientes.
   Se vestían generalmente con trajes o camisas iguales y en ocasiones unos combinándose con los demás. Sin duda, no era una acción casual. Proyectándose en la calle con la misma formalidad que lo hacían dentro de los escenarios, transmitían el mensaje de que eran Papines a toda hora y dondequiera que estuviesen.

UN NÚMERO MAESTRO
   Hoy en día, los hermanos Abreu ocupan un sitio entre los más grandes artistas cubanos de variedades. Para ganarse ese merecido galardón tuvieron que abonar su carrera con cantidades industriales de carretera, ingenio, esfuerzo y sudor.
   Su logro fundamental fue crear un número maestro, propio y aplaudido mundialmente, partiendo de todas las posibilidades de la percusión afrocubana y de la interacción con el auditorio. Y hacerlo de una manera original, imaginativa, divertida, decididamente espectacular.

lunes, 30 de noviembre de 2015

viernes, 27 de noviembre de 2015

VÁMONOS AL FESTIVAL DE VARADERO

   A partir de 1965, el balneario matancero de Varadero ha sido la sede de varios festivales de música popular. Han tenido diferentes denominaciones pero en el fondo coinciden en sus objetivos y resultados centrales: el entretenimiento, la divulgación del trabajo de nuestros creadores e intérpretes, la promoción de nuestra maravillosa Playa Azul como destino turístico y el conocimiento directo por la población cubana de lo que se hace musicalmente en otros países.
Varadero, la vida misma

SI MAL NO RECUERDO… ME PARECE QUE…
   Cuando decidí abordar el tema de los festivales de Varadero, acudí a Internet para buscar documentación. Lo que me encontré es pura maraña, un revoltijo de datos, comentarios y referencias que van desde la verdad objetiva hasta la mentira pura y dura, atravesando por la ciénaga donde habitan las interpretaciones subjetivas y las memorias confusas que comienzan con el reiterado y peligroso “si mal no recuerdo…” o con su primo hermano “me parece que…”.


   ¿Estuvo alguna vez Rita Pavone en Varadero?
       ¿Massiel vino en el 67 o en el 70?
         ¿Moncho, el gitano del bolero, se burló o no de Martí?
           ¿Cómo se llamaba aquella polaca que se anunciaba como “El ángel negro de la canción”?
             ¿Qué volá con la soviética Alla Pugachova?
                ¿Alguien es capaz de jurar por su madre que vio al español Santi Castellanos cantando en el Anfiteatro de la Playa Azul?

   Algo parecido ocurre si se indaga en la red por el carnaval de La Habana. ¿Qué comparsas desfilaron por el Prado en 1947? ¿En qué año despojaron del título de Estrella a "La 14"?

   En cuanto a la historia de la televisión en Cuba, tres cuartos más de lo mismo. ¿Qué programas transmitió el Canal 6 el martes 13 de abril de 1954 o el sábado 22 de septiembre del 79? ¿Quiénes fueron los escritores de "Detrás de la fachada"?
   No estoy hablando de informaciones y opiniones sobre temas políticos o históricos, que abundan online. Me refiero a lo insuficiente y sesgado que resulta el tratamiento de nuestra realidad de ayer y de hoy en cuanto a cultura, deporte o sociedad. (1)
   Los que escribimos desde fuera echamos mano con demasiada frecuencia de nuestros no siempre fiables recuerdos, tamizados por el tiempo y la lejanía. Quienes lo hacen desde la isla en webs oficiales están condicionados por la línea editorial establecida por las autoridades y por cierta indolencia a la hora de meterse en camisa de once varas.

   Los encargados de las páginas institucionales del gobierno y de los medios de comunicación, ¿para qué contarte?, no publican una documentación completa y detallada ni aunque los cojas por el pescuezo.

BIENAVENTURADOS SEAN LOS RAROS
   Afortunadamente, existen adentro y afuera unos cuantos raros (2). Son aquellos que escriben en serio para la red. Hay que agradecerles su rigor, su paciencia y su habilidad para vencer las dificultades de acceder a buenas fuentes.
   Cuánta información detallada, cuánta historia, cuántos datos dormirán en los periódicos y revistas que se guardan bajo siete llaves, por citar un ejemplo, en la Biblioteca Nacional. Si queremos ser consecuentes con el futuro, todo eso hay y habrá que volcarlo en Internet. Por ello es tan importante el valioso trabajo de los raros.

LA TEJA ANTES DE LA GOTERA
   Para que no me critiquen lo que critico, pondré la teja antes de que caiga la gotera y les aclaro que no están completas las listas de países e intérpretes que participaron en los festivales Varadero 67 y 81 que aparecen en esta pieza.
   Solamente he incluido los nombres que provienen de fuentes que me han parecido fiables. (3)

miércoles, 18 de noviembre de 2015

PATRÁS, NI PA COGER IMPULSO

   Todo emigrante cubano atesora en su memoria un relato personal que jamás olvidará. Cada uno de nosotros, los que andamos regados por el mundo, recuerda como si fuese ayer, las circunstancias y los detalles de su salida de la maravillosa isla donde nos tocó nacer. El por qué, el cómo, el cuando de una historia, teñida por el desgarro, que en su día protagonizamos en singular pero que, al contarla o al compararla con las de otros, constatamos que también es plural porque la de uno es la de todos.
   Ésta es, muy resumida, la mía.

Loly Buján y Pedraza Ginori   /   Ourense, 1994

PRÓLOGO
   Creo necesaria una introducción. Como casi todos mis compatriotas, repudié la dictadura de Fulgencio Batista y recibí con alegría la llegada de los barbudos a la Habana el 8 de enero de 1959. Al frente de ellos venía un tal Fidel Castro, un tipo muy locuaz y carismático que instauró un nuevo régimen y durante años me comió el coco con sus promesas de un futuro luminoso de libertad, desarrollo, bienestar y todo el bla bla bla que ustedes conocen de sobra, porvenir maravilloso que nos llegaría trabajando duro, vivíendo con austeridad y sacrificándonos durante una nunca precisada cantidad de años.

   Nací en 1938, en Esperanza, Las Villas. Desde niño vi cómo de desigual era el mundo que me rodeaba. Siempre me gustó leer, estar atento a lo que ocurría más allá de los límites de mi pequeño pueblo. Me recuerdo con diez, once años devorándome las revistas y periódicos que llegaban al "casino de instrucción y recreo" del que era socio mi abuelo Antonio. Creo que fueron mis vivencias y mi inquietud intelectual las que provocaron que cuando la llamada revolución llegó al poder, ya yo tenía tres conceptos arraigados:
    la justicia social (me irrita que todos no tengan igualdad de oportunidades, que haya pobres muy pobres y ricos muy ricos, que haya seres humanos que se mueran por falta de medicinas, que los poderosos se pasen por el forro los derechos de los demás...),
      el materialismo (las religiones y todo lo que no esté basado en la ciencia me parecen una estafa para incautos y desesperados)
        y el anticapitalismo (nunca me gustó la economía de mercado, un sistema profundamente inhumano, donde prima la explotación, el abuso y el "sálvese quien pueda". Hoy, tras más de veinte años viviéndolo por dentro, sigue sin gustarme el capitalismo que me rodea. Lo mastico, porque no me queda otro remedio, pero no lo trago).

   Dichos tres factores resultaban buen caldo de cultivo para que germinasen en mi mente las ideas socialistas que proponía, con toda su labia, El Caballo Comandante en Jefe. Sí, sobre el papel, el socialismo pintaba bien. De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades. Cualquiera que estuviera a favor de un mundo con igualdad entre los hombres, podía comprarse con los ojos cerrados ese planteamiento y otros parecidos.
   Además de los tres conceptos ya citados, desde muy joven he tenido unas cuantas características personales que siempre me han acompañado, que han formado parte intrínseca de mi forma de conducirme por la vida: soy independiente, racionalista y respeto, por sobre todas las cosas, la verdad, la decencia y el talento.
   Si tenemos en cuenta todo lo anterior (justicia social, materialismo, anticapitalismo, independencia, análisis, consideración por unos valores) se entiende por qué, aún asimilando el discurso general de los primeros tiempos del fidelismo, nunca me integré en las filas de la UJC ni del Partido Comunista de Cuba. A dichas organizaciones no les gustaba yo. Y a mí no me gustaban sus métodos de conducta repletos de opacidad, conspiranoia, sectarismo, intolerancia, exigencia de lealtad ciega, en fin...
   Como a millones de cubanos, durante años se me fue acabando la gasolina que alimentaba mi simpatía por un régimen que decía una cosa y hacía la contraria y convirtió a nuestra isla en una finca medieval donde los dueños y sus cómplices vivían de puta madre y a los demás nos tocaba jodernos.
   En mi caso particular, ya estaba desengañado cuando llegó el fatídico verano de 1980, el de los acontecimientos del Mariel. La tapa a mi pomo se la pusieron aquellos crueles mitines de repudio auspiciados y protegidos por las autoridades revolucionarias contra personas que deseaban marcharse del país.
   Hasta entonces duró lo que veinte años atrás había nacido como un flechazo, después pasó a ser un amor, luego una convivencia matrimonial soportada por la rutina y al final una desilusión que lleva al divorcio.
   Hasta aquí el prólogo.

MIS OTROS FESTIVALES DE LA OTI / DE 1992 A 1995

   En la pieza titulada “FESTIVAL DE LA OTI 1991, DE LA HABANA A ACAPULCO”, accesible pulsando A Q U Í y publicada en este blog el 10 de noviembre de 2015, me referí a las circunstancias, características y desarrollo del concurso y los espéctáculos organizados por el Instituto Cubano de Radiodifusión para seleccionar la canción que lo representaría por primera vez en el festival internacional de canciones de la Organización de Televisoras Iberoamericanas.

   En el 91, logramos impacto popular y la cosa funcionó sin contratiempos, así que los responsables del ICRT apostaron de nuevo por mí y me encargaron, por segundo año consecutivo, la dirección general del, llamésmole así, OTI Cubano.

OTI CUBANO 1992 
   Sin el correcorre y la presión que nos agobiaron en 1991, esta vez pudimos trabajar con unos tiempos más relajados, que nos permitieron hacer las cosas de manera más sosegada. Por ejemplo, a principios de año lanzamos una convocatoria pública, que estuvo abierta durante tres meses, en la que pudieron participar todos los autores con residencia en Cuba, enviándonos la cantidad de obras que desearen.
   Los requisitos para concursar fueron los mismos que exigía la OTI en sus bases: las composiciones debían ser de temática amorosa, no podían tocar asuntos como la política y la religión, tampoco atentar contra lo que ellos denominaban “la moral y las buenas costumbres” ni excederse de tres minutos de duración.
   Cuando se cerró el plazo de admisión, teníamos sobre la mesa 1468 canciones procedentes de todas las provincias. Por lo visto, en nuestro país las obras musicales se daban como la verdolaga.
   Un comité de especialistas encabezado por el director musical Miguel Patterson y la pianista y autora Enriqueta Almanza se encargó de hacer un desmoche en busca de las veintitantas que yo necesitaba para armar el muñeco.
   Después de un paciente y cuidadoso trabajo, me entregaron 21 semifinalistas. Los siguientes pasos fueron hallarles intérpretes que las defendieran, orquestarlas, grabarlas y divulgarlas dentro de una campaña de promoción destinada a popularizar el evento.

   El calendario previsto tuvo en cuenta que OTI había programado su festival internacional los días 5 y 6 de diciembre, en la ciudad española de Valencia. Nosotros decidimos realizar nuestros shows de selección dos meses antes. Durante el primero de ellos, a celebrar el sábado 3 de octubre, presentaríamos todas las obras concursantes. A la noche del domingo 4, pasarían las diez que quedaran finalistas y de ellas surgiría, por decisión del jurado, la ganadora que nos representaría en España.

Festival de la OTI en el Teatro Principal de Valencia, España.

martes, 10 de noviembre de 2015

FESTIVAL DE LA OTI 1991, DE LA HABANA A ACAPULCO

   En marzo de 1971, se fundó en la capital mexicana la Organización de Televisión Iberoamericana, una asociación de empresas radicadas en España, Portugal y países de América que transmitían su programación en español o portugués. Posteriormente, cambió su nombre por el de Organización de Telecomunicaciones Iberoamericanas.
   Creada siguiendo los patrones de la UER (Unión Europea de Radiodifusión), entidad que había logrado una gran repercusión internacional con la celebración de un festival de canciones (Eurovisión), la OTI decidió crear una competencia similar de periodicidad anual en el que cada país miembro competía con una obra.
   La primera vez que se celebró, Madrid 1972, el certamen se llamó Gran Premio de la Canción Iberoamericana. Más tarde fue conocido como Festival OTI de la Canción o simplemente Festival de la OTI y su campo de acción original se amplió hasta incluir participantes de países como Estados Unidos, Canadá, Guinea Ecuatorial, Aruba y Antillas Holandesas.

   La trayectoria del Festival de la OTI (1) se puede dividir en tres etapas. Una primera, exitosa, que cubre desde su primera edición hasta finales de la década de los 80. Por entonces, participaban figuras de relieve internacional como los intérpretes Marisol, Camilo Sesto, Francisco, Denise de Kalafe, Daniel Riolobos, Cecilia, Dyango, José José, Emmanuel, Lupita D’Alessio, Ana Gabriel, Yuri, Mijares y  autores de la talla de Juan Carlos Calderón y Augusto Algueró.
   Desde entonces hasta mediados de los 90 el evento fue perdiendo interés en las grandes masas de televidentes a pesar de los esfuerzos que se hicieron para revivir sus mejores momentos. No se logró debido en gran parte a que el negocio de la música había cambiado sustancialmente desde los 70 y ya el OTI, sin la categoría, el relumbrón y el presupuesto de Eurovisión, había dejado de ser una plataforma interesante para discográficas, artistas y público.
   El tercer y último período del evento transcurrió penosamente, tratando de levantar cabeza, hasta que fue clausurado. Su última edición, la XXVIII, se celebró en México, en el año 2000.
   Empresarios mexicanos intentaron, sin éxito, realizar un OTI 2013.

METERLE MANO CON URGENCIA
   Desde 1991 hasta 1994 estuve vinculado a los concursos y programas en que se seleccionaron las canciones e intérpretes que representaron a la radio y televisión cubanas en los festivales internacionales OTI.
   En mi pieza “1991, El año en que el ICRT y Televisa fueron novios”, publicada en este blog el 29 de octubre de 2015 y accesible pulsando aquí 

he contado las circunstancias en que el Instituto Cubano de Radio y Televisión ingresó como miembro en la Organización de Telecomunicaciones Iberoamericanas.
   Extraigo algunos fragmentos:
   “Corría abril (de 1991) cuando se recibió en 23 entre L y M la invitación oficial para que participáramos por primera vez en el Festival de la Canción de la OTI, que ese año estaba programado para septiembre en el balneario mexicano de Acapulco.
En las bases del evento, se establecía que la obra de cada país debía ser la ganadora de un concurso nacional transmitido por televisión. La presidencia del ICRT me encargó que le metiera mano con urgencia a la organización y realización del certamen cubano, de manera que pudiéramos cumplir con el requisito exigido y plantarnos cinco meses después en el famoso balneario mexicano con una buena representación
”.
   Por cierto, cuando llegamos a Acapulco en diciembre para participar en el festival internacional, descubrimos que algunas delegaciones que allí estaban habían nombrado a dedo a su representante. Haciendo la vista gorda, la OTI aceptaba esta violación de su reglamento y permitía la participación. (2)

jueves, 29 de octubre de 2015

1991, EL AÑO EN QUE EL ICRT Y TELEVISA FUERON NOVIOS

LOS ALEMANES DECIDIERON QUE ESTABA BUENO YA
   El proceso de disolución del campo socialista ubicado en el este de Europa duró un poco más de dos años. Los cronistas afirman que terminó el 25 de diciembre de 1991, día en que la Unión Soviética dejó de ser oficialmente un país.
   El final de lo que se llamó "socialismo real" había comenzado en Polonia pero tuvo su momento decisivo el 9 de noviembre de 1989 cuando los alemanes decidieron que estaba bueno ya y comenzaron a derribar el Muro de Berlín.

   Al conocer la noticia de que miles de ciudadanos de la República Democrática Alemana estaban atravesando aquella frontera de concreto para viajar libremente al otro lado, en los despachos habaneris donde se tomaban las decisiones de gobierno deben haber sonado las alarmas.
   "Coño, si los países hermanos se derrumban y dejan de mantenernos con subvenciones, petróleo, equipos y materiales, ¿adonde iremos a parar nosotros?, es de suponer que fue la preocupación general entre nuestros mandamases criollos.
   Ni tardos ni perezosos, dispuestos a mantener el poder y a impedir que en Cuba se fuera al carajo el fidelismo, que tantas satisfacciones les daba, se pusieron para las cosas.
    Desde 1990/91 declararon el llamado “Período Especial en tiempo de paz”, un conjunto de medidas restrictivas que intentaba paliar los efectos terribles de la crisis económica y la depresión social que íbamos a padecer la casi totalidad de los cubanos durante muchos años.

   Ojo: en el párrafo anterior escribí “la casi totalidad de los cubanos” porque dentro de la isla hubo una pequeña élite de afortunados que continuaron viviendo como Carmelina, en residencias en las que nunca había apagones ni faltaba el agua, sin pasar dificultades ni escaseces, sin enterarse siquiera de que los demás sufríamos el condenao Período Especial, la madre que lo parió.

ENTRE INCÓMODO Y RECHAZABLE
   En 1991 yo era un simple empleado del Instituto Cubano de Radio y Televisión, uno más en el colectivo de directores de programas de la Televisión Cubana. No pertenecía al Partido Comunista ni ostentaba cargo alguno en la estructura de mando de mi centro de trabajo. Más bien, por mi carácter independiente y semiconflictivo, a lo largo de los años me había ido ganando cierta mala reputación entre algunos dirigentes, quienes me masticaban por ser un director que sacaba adelante los programas pero no me tragaban como persona, catalogándome dentro de un abanico de adjetivos que iban desde incómodo hasta rechazable.

   Aclaro lo anterior para precisar que, debido a mi posición, no tuve información de primera mano sobre lo que había tras algunas decisiones que se tomaron en 1991 en el ICRT. Que aún sigo sin saber por qué me tocó el papel de peón en una partida de ajedrez que jugaron el organismo rector de la radio y la televisión de Cuba y la poderosa empresa audiovisual mexicana Televisa.


   Sin pecar de conspiranoico, simplemente tirando de un elemental nivel de especulación en base a hechos, resulta lógico colegir que desde finales de 1989 las autoridades cubanas, ante el previsible colapso de sus iguales del este de Europa, iniciaron un proceso de acercamiento a países que le pudieran resolver, al menos en algo, el problemón que veían venir en el horizonte.
   -- ¿Quién tiene petróleo?
   -- México.
   -- Pues, movamos ficha con los mexicanos.

Vamos por partes.


lunes, 19 de octubre de 2015

LA NOCHE DE LOS GIRASOLES DE OPINA


    En 1979 salió a la calle por primera vez Opina, un magazine en formato
tabloide que revolucionó el politizado y monocorde mundo de la prensa cubana. Fue fundado por el Instituto Cubano de Investigación y Orientación de la Demanda Interna, que dirigía Eugenio Rodríguez Balari, quien también fue el director de la revista. (1)


    Por primera vez desde que el régimen fidelista se había consolidado en los 60, en una publicación aparecieron anuncios por palabras, los que en los periódicos de antes de 1959 se llamaban clasificados. En Opina, los particulares promovían permutas de viviendas así como ofertas de ventas y compras. Las páginas de clasificados se convirtieron en el gran reclamo de la revista, que gozó desde su lanzamiento de una gran popularidad, con tiradas que llegaron a alcanzar el medio millón de ejemplares y que al salir volaban rápidamente de los puntos de venta. (2)
    Además de los anuncios mencionados, Opina incluía informaciones sobre la
calidad de servicios y productos, orientaciones a los consumidores y otras secciones como modas y farándula.


    Dentro de su política de conectar con un público masivo y como una forma de promover la revista, al equipo de la publicación se le ocurrió realizar en la segunda mitad de cada año una encuesta de popularidad que permitía a todos sus lectores votar por sus candidatos favoritos en el mundo del arte y la cultura. Los cuestionarios se publicaban en las ediciones de octubre, noviembre y diciembre. Una vez cumplimentada su planilla, el votante la enviaba por correo a la sede de Opina. Los ganadores del sondeo obtenían un trofeo metálico, el Girasol de Opina, que se entregaba a principios del siguiente mes de febrero.

    No he podido averiguar cómo se produjeron exactamente las dos primeras entregas de los girasoles. Tengo entendido que ocurrieron en actos sencillos. Si alguien lo sabe, le ruego que me lo comunique para agregar esa info aquí.

QUERÍAN UN SHOW ESPECTACULAR
    Los de Opina me llamaron en 1982 para ofrecerme la dirección general de un show espectacular y refrescante que querían hacer para que sirviera de marco a su entrega de premios. Se celebraría a principios del 83 en el teatro Carlos Marx y se llamaría La Noche de los Girasoles.
    Supongo que ayudó a que confiaran en mí tanto el éxito que yo había alcanzado con los tres concursos Adolfo Guzmán que dirigí en 1978, 79 y 80 como la probable buena recomendación sobre mi trabajo que debe haberles dado mi buen amigo, el dibujante y caricaturista Aristide, quien a la sazón era jefe de diseño de Opina.

MI PRIMERA NOCHE DE LOS GIRASOLES (1982/83)
    Estuve al frente de La Noche de los Girasoles durante tres años consecutivos. De la primera que hice no poseo reportes escritos y mi memoria e Internet no me han ayudado a precisar muchos detalles, entre ellos la relación de los artistas que actuaron. Se celebró en el Carlos Marx el lunes 7 de febrero del 83 y en ella se entregaron los trofeos de la encuesta de 1982.
   
Entre los galardonados en aquella ocasión estaban, entre otros, Nicolás Guillén, Leo Brouwer, René Portocarrero, Frank Fernhández, Rita Longa, Alicia Alonso, Jorge Luis Prats, Alfredo Rodríguez y Mirta Medina.

jueves, 15 de octubre de 2015

ENRIQUE BONNE, LO MÁS SANTIAGUERO QUE UNO PUEDA IMAGINARSE

Querido amigo Enrique:
Estamos en octubre de 2015,
¿quién diría que íbamos a llegar hasta aquí vivitos y coleando?
Me complace mucho que,
siendo el Bonne de siempre,
estés arañando ya los 90 años.
Con la publicación de esta pieza de mi blog
te mando el mejor de mis abrazos.
Ginori.


Ángel Bonne
    Hace muy poco se hizo mi amigo en la red Facebook (ya lo éramos desde mucho antes), el cantante, instrumentista y director cubano Ángel Bonne, con quien llevaba muchísimo tiempo sin contactar. Cuando le pregunté qué había sido de su padre, me respondió:
Tiene 89 años, pero está muy bien en general y de su mente. Acaba de grabar un disco con los tambores. Tú sabes que él es incansable”.


    Por la falta de noticias sobre Enrique Bonne y por la edad que le presumía, yo había supuesto que no andaba aún dando guerra en este mundo. Saber que sigue en la brecha, lúcido y activo, me produjo una gran alegría porque fui, soy y seré un gran admirador suyo.
    Como creador, ahí están su ritmo pilón y su envidiable catálogo autoral con el montón de obras que colocó en la preferencia de uno de los públicos más exigentes: los bailadores cubanos.
    Como persona, comprobé in situ caminando junto a él por las calles de su ciudad,   lo profundo que se había metido en el afecto de uno de los grupos sociales más difíciles: los santiagueros, a los que no se les podía dar gato por liebre.
    Tuve la suerte de conocer a Bonne, de trabajar con él y de disfrutar del buen rollo que su persona generaba a su alrededor. Era un tipo excepcional, toda una personalidad de ésas que uno se encuentra pocas veces en su camino.
    En el presente estoy seguro de que sigue siendo tan excepcional como en el pasado porque la gente como él está hecha de un material que no se oxida ni se destiñe.


VIAJANDO EN EL COCAL
    Allá por 1968 mi hermano el director cinematográfico Simón Escobar se disponía a realizar para los Estudios Fílmicos del ICR, un documental sobre El Cocal, primer barco todo de acero que se construyó en Cuba. (1)
    El cineasta y su camarógrafo Avelino Fernández viajarían en la nave para filmar la primera travesía, la de prueba de mar, que consistiría en un bojeo a la isla de Cuba, a pocas millas de la costa. Partiría de La Habana y volvería a ella, con sólo dos escalas: Santiago y Cienfuegos.
Simón Escobar (izquierda) y Avelino Fernández
    Simón talló con la empresa armadora mi incorporación a la expedición, prometiéndoles que yo escribiría un reportaje sobre El Cocal para la revista Cuba Internacional.
    Así fue como me embarqué en aquel viaje del cual nunca olvidaré los terribles momentos en que el barco, al atravesar el Paso de los Vientos bajo un fuerte temporal, se balanceaba de tal manera que parecía que se iba a hundir mientras nosotros sufríamos mareos y vómitos en cantidades industriales.
    Cuando atracamos en Santiago de Cuba, Simón, Avelino y yo nos dedicamos a turistear varios días por la ciudad y a visitar a amigos y sólo volvíamos al barco para dormir. Hasta que una noche, al llegar al muelle, lo descubrimos vacío. El Cocal había partido sin avisarnos y con todas nuestras pertenencias en sus camarotes. Los tres embarcados nos quedamos más embarcados aún ya que era la época en que para montarse en una guagua, tren o avión que nos regresara a la capital había que pasarse muchos días haciendo cola en las terminales.
    Aclarar quiero que cuando redacté el reportaje que apareció en la revista, aunque ganas no me faltaron, en mi texto no incluí comentario negativo alguno contra los jodedores marinos que, en plan broma pesada, nos dejaron botados sin ropa ni dinero. Lo que demuestra lo buena gente que yo era por entonces. (2)

    Estando en Santiago en aquellos días, nos fuimos a ver a mi amigo el compositor Enrique Bonne. Con él, disfrutando de su chispa y de su carácter, anduvimos de cháchara por las calles santiagueras donde la gente le saludaba constantemente, nos tomamos unas cervezas, asistimos en la Ciudad Deportiva a una actuación multitudinaria de su conjunto Los Tambores de Oriente, en fin… 
    De ahí salió el reportaje que apareció salió publicado en el número de junio del 68 de Cuba Internacional y que hoy reproduzco en el blog.


sábado, 10 de octubre de 2015

NO SÓLO DE TELEVISIÓN VIVE EL HOMBRE

    El 12 de abril de 2013 publiqué una pieza a la que se puede acceder pulsando sobre el enlace siguiente:
El Blog de Pedraza Ginori > CÓMO PASAR UN BUEN RATO CON CARLOS MARX

    En ella me referí a los 45 espectáculos, no concebidos específicamente para televisión sino para teatros y otros escenarios, que dirigí y/o escribí de 1981 a 1984.
    Ahora, como continuación de aquella relación, les expongo los 31 que hice a partir de 1985.
    El mes (o en su caso, el primer mes) señalado corresponde a la fecha en que se realizó la primera función.
    Aquí aparecen mencionados algunos de los intérpretes que participaron. Lamentablemente no están los nombres de todos, como hubiese sido correcto. Las omisiones se deben a que los documentos que poseo están incompletos.
    Aunque los presentadores de los “Lunes para la juventud” no aparecen citados expresamente, en un buen número de ocasiones la animación estuvo a cargo de Carlos Otero y Ana Lydia Méndez.

ENERO DE 1985 
>>>Éxitos del 84” (Teatro Karl Marx, Ciudad de La Habana) con Mirta Medina, Annia Linares, Grupo Síntesis, Grupo Layé...
FEBRERO DE 1985
>>> “La noche de los girasoles (III)” (Teatro Karl Marx, Ciudad de La Habana) / Espectáculo de la tercera entrega de los Premios de la Popularidad de la Revista Opina, los correspondientes a 1984. Con Los Van Van, Ballet de la Televisión Cubana, Grupo Ismaelillo (de Cienfuegos), José María Vitier y su grupo, Teatro Guiñol Nacional, Danza Nacional de Cuba, Teatro Musical de La Habana, Grupo de danzas de la Sociedad Cultural Rosalía de Castro, Mario Balmaseda (presentador)…
Mario Balmaseda y Enrique Arredondo en La III Noche de los Girasoles Opina

>>> Espectáculo de Clausura del Festival Nacional de Música Popular Cubana “Benny Moré” 85 (Jardín de la Juventud, Cienfuegos) con Ballet de la Televisión Cubana (con coreografía de Mayra Varona), Argelia Fragoso, Septeto Los Naranjos (Cienfuegos), Lázaro García (Cienfuegos), Grupo Septiembre 5 (Cienfuegos), Miriam Ramos, Caruca y Rosendo, Amaury Pérez Vidal, Orquesta Ritmo Oriental, Anabel López, Sara González, Grupo Manguaré, Grupo Irakere, pareja de bailes Marta Adela y Santos, Grupo Mayohuacán, Omara Portuondo, Luis Carbonell, Seve Matamoros, grupo Monte de Espuma y Adalberto Álvarez y su Son. Presentadores: Consuelito Vidal y Ramón Fraga / Libreto: Enrique Núñez Rodríguez y Pedraza Ginori / Escenografía: Raúl de la Nuez / Luces: Ramiro Maseda.

domingo, 4 de octubre de 2015

FACEBOOK, EL PARAÍSO DE LOS EGOS

Texto publicado el 4 de octubre de 2015 en mi muro de Facebook.

    Cuando en la Cuba pobre, estrecha y aislada que yo viví se quería decir que algo era maravilloso, solíamos decir “es de Francia”. Dando por hecho que en la Francia lejana y mítica todo era perfecto, maravilloso.
    Pues Facebook, amigos, es de Francia.

    En esta plaza pública a la que acudimos para dar una vuelta por lo menos una vez al día, todos los bebés son preciosos (“parece un ángel, una muñeca”), los años no pasan por la gente (“dame la receta, estás igualito”), las parejas son felices con una inmaculada felicidad (“qué bien se ven, qué alegría verlos juntos”), todo el mundo quiere mucho a todo el mundo (“un besote muuuuuuy grande, mi amiguita”), las chicas son guapas tirando para guapísimas (“tiene a quien salir”), la gente presume de vacaciones (“que disfruten de Roma, quién pudiera estar ahí”), los problemas se resuelven compartiendo una imagen de Jesucristo (“colócame en tu muro y te perdonaré tus pecados”), Paulo Coelho dice verdades profundísimas que nos guían en la vida (“si conoces el amor conoces también el alma del mundo”), se siente la partida de un extraño como algo propio (“no lo conocí pero que Dios lo tenga en la gloria”), nos emocionamos al ver una bandera cubana (“la más hermosa del mundo, sí señor”) y todos nos vemos obligados a agradecer que nos manden tarjetas cursis con la palabra “Felicidades” rodeada de flores y más flores y más flores.


viernes, 25 de septiembre de 2015

JOVEN JOVEN (1): LA GESTACIÓN

    Ésta es la primera de las diez piezas donde hablo del programa “Joven Joven”,
que realicé en Televisión Cubana desde 1983 hasta 1986.
Fueron tres años fructíferos, repletos de experiencias interesantes,
que viví con mucho estrés
pero también con muchísima felicidad creativa y personal.
    Dedico esta secuencia del blog a quienes me acompañaron
en aquella maravillosa aventura hecha con ganas
y sobre todo al público entusiasta y cariñoso
que disfrutaba con nosotros cada domingo por encima y a millón,
el mejor público,
el que todo artista sueña con tener alguna vez.

Edificio Radiocentro, 23 y M, Habana / Sede del Instituto Cubano de Radio y Televisión


JEFECILLOS
    Quienes trabajábamos en la Redacción de Musicales de Televisión Cubana en las décadas de los 70 y 80 padecimos durante años el infortunio de ser comandados por una fauna de jefecillos que cumplían a rajatabla con lo que asumían como su tarea fundamental: la de seguir las normas de censura y demás orientaciones marcadas desde arriba. Y mientras tanto, dedicaban el poco margen de autonomía que les quedaba a aplicar las ideas y ocurrencias que su formación (¿?) y sus gustos muy personales les dictaban.
    En el revolico que son mis recuerdos se mantiene vivo todavía el de aquella exquisita dama que quiso eliminar de la programación lo que ella consideraba vulgar y por poco convierte al Canal 6 en una sucursal de la Sinfónica Nacional. Y el de aquel funcionario que se consideraba autor musical e intentó sobornar a cantantes para que interpretaran sus numeritos a cambio de favorecerlos con apariciones en la tele. Otro, fan acérrimo de la nueva trova, entró en Musicales con la encomienda autoimpuesta de novatrovizar todo lo que estuviera a su alcance novatrovizar. Nunca visité su casa pero no me hubiera extrañado encontrarme en su sala un gran retrato de Silvio Rodríguez enmarcado por una guirnalda de flores frescas y con una vela encendida debajo.
    Yo estaba camao por tener que lidiar (apechugar sería el verbo adecuado) con personajes como los citados y otros similares. Cada vez que anunciaban la llegada de un nuevo jefe, me echaba a temblar. Eso fue lo que me ocurrió cuando en febrero o marzo del 83 nombraron a una persona desconocida para mí que se llamaba Nora Blanco.


DESEMBARCÓ LA NUEVA
    Ella desembarcó en su oficina del sexto piso de Radiocentro reuniéndose con el personal, hablando de una nueva etapa, de abrir posibilidades. Bueno, ése era el discurso inicial de buena parte de los que pasaron por el puesto y yo había sobrevivido a varios que se fueron desinflando por el camino. Así que, por culpa de sus antecesores, el crédito inicial de la recién llegada era entre escaso y nulo.
    Conmigo empezó bien, aplicando la táctica de piropear mis trabajos anteriores, diciéndome que le habían gustado los concursos Guzmán. Desde el primer día, su manera de comunicar me pareció franca. No era una especialista cultural ni pretendía aparentarlo. Confesaba su desconocimiento del medio, sostenía que estaba allí para aprender y mostraba sentido común cuando opinaba. Descubrí que no venía a imponernos una línea sectaria en lo musical ni traía un esquema preconcebido.
    Le abrí una cuenta de confianza. Y empezamos a charlar.

JOVEN JOVEN (2): SUS PRESENTADORES


A ustedes,
los presentadores de “Joven Joven”,
por tantos ensayos a las siete de la mañana de tantos domingos,
por tanta implicación, por tanto respeto al programa y al público,
por los viajes llenos de anécdotas y compañerismo,
por verlos desarrollarse humana y profesionalmente,
por tanto cariño mutuo,
por ser una pandilla entrañable que sigue viva en el recuerdo treinta años después,
A ustedes,
todos,
gracias por convertir en disfrute
la enmarañada y laboriosa aventura que vivimos juntos.


UN CASTING DE CORRECORRE
    La Unión de Jóvenes Comunistas quería que la primera emisión saliese el 3 de abril como parte de las actividades por los aniversarios de la Unión de Jovenes Comunistas y la Organización de Pioneros José Martí. Estábamos a mediados de marzo y yo no había cuadrado aún el tema de la animación, uno de los elementos básicos del nuevo programa.
    Me hubiese gustado disponer de más tiempo para hacer un casting en condiciones y seleccionar con tranquilidad a los presentadores de “Joven Joven”. Mi propósito inicial era copiarle a Cáceres Manso la fórmula que le había dado buen resultado en su “Para Bailar”: un colectivo de jóvenes totalmente desconocidos. Pero eso no fue posible por la premura. Así que el primer domingo había algunas caras ya vistas en televisión.
    En unos días, prácticamente de corre corre, logré conformar un grupo que integraban Carlos Otero, Rakelita Mayedo, Patricio Wood, Sally Ramos, Olivia Machado e Inesita Domínguez.
    La UJC sugirió la inclusión de las dos últimas chicas, militantes que habían participado como sus activistas. Por su vinculación con el área ideológica y de propaganda sita en Peñalver 658, Olivia Machado estaba familiarizada con la estructura y la terminología de esa organización política.
   Inesita estudiaba medicina y, si mal no recuerdo, había trabajado en programas infantiles.
    Patricio era un actor de cine y tv bastante conocido por el público. Había protagonizado exitosamente la película “El brigadista”. Le invité y aceptó con la condición de hacer sólo unos cuantos programas ya que lo que le interesaba era la actuación y no animar. En definitiva apareció sólo dos veces en J J.
    De los demás hablaré más abajo.

LOS LOCUTORES PEA
    Corría la semana previa al estreno de J J. El ICRT me pidió el libreto para echarle un vistazo y no sé qué vueltas dio pero fue a parar a manos de la sección sindical de los locutores profesionales, evaluados y autorizados, llamésmole los PEA. Uno de ellos, Ibrahim Aput, fue portavoz de los que se quejaron porque yo pretendía reemplazar los domingos a Marianita Morejón y Loly Santana, hasta entonces presentadoras de “Buenas Tardes”, por un grupo de aficionados inexpertos que no eran locutores profesionales, evaluados y autorizados.
    Una situación similar había ocurrido en 1978, en los inicios de “Para Bailar”, y ahora los PEA no estaban dispuestos a admitir de nuevo esa grave violación de las reglas.
    Otra vez el libretero de Ginori haciendo de las suyas. Vengan reuniones a falta de dos o tres días para el domingo 3 de abril. Yo me tranqué y los locutores también. Nora Blanco, la jefa de la Redacción de Programas Musicales, me apoyó elevando el problema a Nivaldo Herrera, presidente del organismo.
    Al final, encontramos una solución provisional y se incluyó en el primer programa a una locutora PEA que a mí me pareció bien: Rosalía Arnáez.
    Rosalía, que ya destacaba en televisión, se vio inmersa en una situación inesperada y desagradable. Hizo el programa inaugural con su calidad habitual e interés y yo se lo agradecí, pero no era la desconocida total que yo andaba buscando para que se quedara definitivamente.
    El impacto de la transmisión original en el público reforzó mis puntos de vista sobre la línea que debía seguir el programa y los del sindicato se calmaron por sí solos o quizás alguien les calmó, vaya usted a saber.
    En el segundo domingo aparecieron en cámara los animadores que yo había elegido.

LOS 27 PRESENTADORES
    Durante mis tres años en “Joven Joven”, los conductores fueron veintisiete (1). Aquí, en esta lista, están sus nombres. El orden de colocación lo determina la cantidad de veces que animaron el programa.