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viernes, 26 de diciembre de 2014

LÁGRIMAS POR LA MUERTE DE VAN VAN

Van Van (10 de diciembre de 2000 - 26 diciembre de 2014)
     Hoy, 26 de diciembre de 2014, se nos ha muerto Van Van, nuestro perro.

    Han transcurrido más de 12 horas y no hago más que llorar. Escribo con los ojos repletos de lágrimas. A ver si escribiendo se atenúa la angustia y puedo tranquilizarme.

    Uno de ustedes podría reprocharme:
    -- Pero, ¿qué es eso, Yin? Los hombres no lloran y menos por una mascota.
    Debe ser alguien a quien no se le ha apagado entre sus manos un ser tan extraordinario, tan cariñoso, vital, inteligente y entrañable como este Van Van que hoy viernes ha dejado de jadear para siempre, agotado por la enfermedad, dejando un vacío enorme en nuestro piso y un pena inaguantable en el corazón de Loly, en el de nuestro hijo Sandi y en el mío.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

SOBRE LA SALUD DE LOLY BUJÁN

Última actualización de esta pieza:
12 de febrero de 2015

    Loly Buján, nacida Dolores de los Ángeles Fernández Buján en la Habana el 2 de agosto de 1939, ha desarrollado en Cuba y España una destacada carrera como actriz, directora de teatro y televisión, guionista, analista y profesora de actuación, dramaturgia y teoría y práctica del audiovisual.
Loly Buján

    Sobre su interesante trayectoria profesional y personal publiqué en marzo de 2013 en este blog dos piezas.
    La primera se titula LOLY BUJÁN: UNA VIDA EXTENSA E INTENSA y se puede acceder a ella a través del siguiente enlace. 
    La otra es LA LOLY (BUJÁN) Y EL YIN (GINORI): HISTORIA EN TRES TIEMPOS y la pueden leer pulsando este vínculo:

    El 4 de febrero de 1970, ella y yo nos casamos en La Habana, en el Palacio de los Matrimonios del Paseo del Prado. Desde entonces nos hemos mantenido unidos en la vida. También, en determinadas ocasiones puntuales, hemos compartido la realización de trabajos audiovisuales y teatrales.
Boda de Loly Buján y Pedraza Ginori. La Habana, 4 de febrero de 1970

    En mayo de 2014, en el Complexo Hospitalario Universitario de la ciudad de Ourense (Galicia), a Loly le diagnosticaron un cáncer. Uno de los más agresivos; un hijoeputa en toda regla que amenazaba con extenderse y que no se presentaba operable quirúrgicamente. Y empezó la dura batalla contra él.
    Al principio, mantuvimos en secreto esa información, compartiéndola sólo con algunos familiares y amigos íntimos.
    Al arribar a su 75 aniversario, pensé que sería un estímulo para ella, que pasaba por momentos difíciles, recibir felicitaciones de sus amigos, compañeros, alumnos y admiradores que andan regados por el mundo. Así que el 1 de agosto publiqué en mi cuenta de Facebook una foto nuestra -la que aparece debajo- y anuncié que al día siguiente sería su cumpleaños.
Pedraza Ginori y Loly Buján en junio de 2014
    El texto decía:
    "Mañana, sábado 2 de agosto de 2014, Loly Buján cumplirá 75 años. En esta foto, tomada el 5 de junio pasado, aparece junto al único error importante que ha cometido en su vida, o sea, yo.
    Felicidades para esta mujer extraordinaria que en cada sitio y en cada momento ha derramado arte y cosechado amigos. ¿Verdad que sigue linda?"

martes, 9 de septiembre de 2014

PORTUONDO, QUERIDO AMIGO, NO HUBO ADIÓS PARA NOSOTROS

    El ingeniero de telecomunicaciones Roberto Portuondo, creador de imágenes y ambientes desde su trinchera en la primera sala de posproducción, director y enriquecedor de programas, uno de los más grandes talentos artísticos de la historia de la Televisión Cubana, falleció en La Habana en agosto de 2014.
Ingeniero Roberto Portuondo (Televisión Cubana)
    Portuondo, querido amigo,
    cuanta televisión, cuanta entrega, cuanta pasión, cuanta creatividad, cuanto entusiasmo, cuanta precisión, cuanto respeto, cuanta jodedera, cuanto video tape, cuanto ingenio, cuanta grandeza…

    Portuondo, querido amigo,
    me dicen que fue una pancreatitis. Yo sé, todos quienes te conocimos sabemos, que fueron las miles de horas al pie del cañón, las luchas interminables, las indisciplinas, las dificultades, la mediocridad que daba al pecho, el enfrentarse una y otra vez al "déjalo así mismo que da igual Juana que su hermana"…

    Portuondo, querido amigo,
    te has ido y contigo se va la forma de trabajar de los de antes, el sentido de pertenencia, el amar a la televisión sobre todas las cosas...

    Portuondo, querido amigo,
    te fuiste sin que los que, más allá del charco, te teníamos en el corazón y en el recuerdo, pudiésemos tomarnos contigo la última cerveza y darte un abrazo de despedida.
    No hubo adiós para nosotros.

    Pero ¿viste qué bienvenida tan hermosa te dieron? Estoy seguro que Rifat le dijo a Amaury “Oye, abre el portón que por ahí viene el Portu”.
    Y corrieron a avisarles a Garriga, a Condall, a Vázquez Gallo, a Casitas, al alemán Erich, a Silvano, a Sirio y a todos los grandes que en 23 y M, Mazón y San Miguel, 23 y P y el Focsa construyeron nuestra heroica leyenda.
    ¿Viste lo alborozados que estaban porque al fin llegabas a ocupar el sitio que te tenían guardado desde hacía muchos años?

    Pero, por favor, amigo, permíteme una súplica: no les cuentes sobre la televisión cubana de hoy. Diles una mentira piadosa, invéntate que la pancreatitis te borró la memoria, cualquier cosa con tal de que no se enteren de la terrible verdad. No les eches a perder la eternidad feliz que se ganaron.

    Por favor, querido amigo, por favor.

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N    O    T    A

  Para los lectores no familiarizados con la historia de la televisión cubana, a continuación señalo los nombres completos de los directores que he citado:
Manolo Rifat
 Amaury Pérez García
  Roberto Garriga
   Joaquín M. Condall
    Antonio Vázquez Gallo
     Ernesto Casas
      Erich Kaupp
       Silvano Suárez 
        Sirio Soto

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 La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,

la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas. 

El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
 www.createspace.com  www.amazon.com  www.amazon.es

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LES INVITO A LEER LAS SIGUIENTES PIEZAS DE  MI BLOG
PULSANDO SOBRE ESTOS ENLACES:
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miércoles, 13 de agosto de 2014

GEORGIA GÁLVEZ POR LOS PALOS, UN MUNDO PARA AMAR

RECUERDOS VÍVIDOS, BORROSOS Y OLVIDADOS
    Me van a tener que disculpar. Han pasado casi 48 años desde octubre de 1966 y en todo ese largo período le he ido metiendo muchas, muchísimas imágenes, situaciones y sensaciones al disco duro que tengo en mi cabeza. Y como mi memoria no es una computadora con archivos bien clasificados, ordenados y listos para ser abiertos sino un revoltillo atiborrado de recuerdos, algunos vívidos (con acento en la primera i), otros borrosos y la mayoría (¡que contrasentido!) olvidados, pues resulta imposible que me acuerde de todo con la claridad y la responsabilidad que exige escribir este blog.
    Así que, a veces, como en este caso, hay partes de la historia que no cuento porque la memoria que conservo de ellas es confusa o simplemente se ha desvanecido.


EL AÑO JUGOSO
    Aquel 66 fue un año jugoso para mí. Terminé el curso de Formación de Directores de TV ofrecido por el Instituto Cubano de Radiodifusión, firmé mi primer contrato con el ICR, creé, escribí y dirigí un programa de variedades de TV Cubana en prime time (“Un millón de lunes”), publiqué mi primer reportaje en la revista Cuba (“Salón Mambí de Tropicana”), compuse las primeras canciones mías que trascendieron (“Mía la felicidad” y “La gran aventura”) y tuve mi primer gran éxito en teatro (“Un peso de música”, en el Mella).
    Pero aún quedó tiempo y energía para escribir y dirigir un espectáculo que considero muy importante porque demostró –a mí y a los demás- que ya estaba lo suficientemente maduro para abordar eventos artísticos complejos, de envergadura. O sea, que el guajirito esperanceño que una década antes había llegado a la capital para encontrar su sitio ya no solamente quería sino que podía meterse en camisas de once varas.

BORN TO BE A STAR
    Desde que comenzó su carrera, a principios de los 60, se fue destacando en la farándula cubana una chica que lo tenía todo para triunfar. Nacida en 1944 en el seno de una familia acomodada, desde niña compaginó su formación académica, que culminó en la Universidad de La Habana, con una buena preparación en disciplinas como el canto, la música, el baile, los idiomas... para las cuales tenía habilidad natural, de fábrica.

Georgia Gálvez en los años 60
    Se llamaba Georgia Gálvez. Su agradable voz de mezzosoprano se movía sin dificultad aparente lo mismo en los agudos del género lírico que en los registros centrales de la canción popular. Tocaba el piano y la guitarra. Se desenvolvía aceptablemente como actriz. Tenía conocimientos de danza clásica y moderna, lo que le permitía bailar y moverse con soltura en el escenario. Hablaba inglés y francés.
    Si a lo anterior, que no es poco, le añadimos que su rostro era precioso, su figura grácil, su simpatía nada forzada y que demostraba talento, inteligencia, buen gusto y chispa, ya me aceptarán que estábamos en presencia de una artista destinada a convertirse en estrella más pronto que tarde.

EL CURRÍCULUM
    Como integrante fundadora de la compañía Teatro Lírico Nacional de Cuba con sede en el habanero teatro García Lorca, actuó en zarzuelas, operetas y óperas. Entre ellas: “Luisa Fernanda” (que protagonizó), “La princesa de las czardas”, "Los gavilanes", "La viuda alegre", "El conde de Luxemburgo" y "María la O". En Televisión Cubana hizo “Las bodas de Fígaro”, de Mozart.


A la izquierda: "Luisa Fernanda" en el teatro García Lorca. Georgia Gálvez, Rafael Aquino, Rosita Fornés y Armando Pico. A la derecha: "Las bodas de Fígaro" en TV Cubana. Carmen Malvido, Georgia Gálvez y Ana Menéndez.

     En el 63 había grabado un long play en la EGREM. Y era figura habitual en los musicales de la tele.
    En el 65 fue una de las figuras centrales del espectáculo “Gran Music Hall de Cuba” que el empresario Bruno Coquatrix llevó al teatro Olympia de París y después el Consejo Nacional de Cultura hizo girar por la RDA, Polonia y la URSS.
    ¿Qué quiero decir con todo lo anterior? Pues que en 1966, con solo 22 años de edad, ya Georgia había pisado fuerte y tenía carrera de la cual presumir. Mientras que yo era un principiante, un novato con todo por demostrar.


GEORGIA MEETS YIN
    No recuerdo cuando nos conocimos. Puede haber sido en alguno de los programas de Manolo Rifat en los que yo era el asistente del director. Quizás alguien le habló de mí poniéndome la buena ya que yo había dirigido un par de cosas que habían sonado. De todas maneras, apostar por mí para llevar las riendas de su espectáculo, en que ella se jugaba mucho, fue un riesgo notable que asumió. Así que agréguenle a su currículum una dosis de valentía y arrojo.

    En el primer párrafo de esta pieza hablé de lo estropeada que anda mi memoria. Por tanto no recuerdo de quién surgió el proyecto de que la Gálvez protagonizara un gran show unipersonal en el que el público pudiera verla en todas sus facetas.
    Es probable que fuese idea suya, es posible que se me ocurriese a mí. Y hasta cabe la opción de que la iniciativa surgiese de la dirección del Teatro Musical de La Habana, muy activa en aquellos tiempos.
    La cosa es que una tarde nos vimos en su casa del Vedado –vivía en la calle 28 (¿o en 30?), cerca de la avenida 23-, me explicó que quería hacer un recital muy variado, conversamos largo rato confrontando conceptos,
hablamos de un posible repertorio y empezamos una aventura teatral que terminó por llamarse “Un mundo para amar” para aprovechar el tirón publicitario que podía tener el título de una de los éxitos que la identificaban ante el público.

sábado, 2 de agosto de 2014

A CELINA, CARMELINA Y CACHARRO: CÓMO ME GUSTA MI CAMPO

Esta pieza de mi blog está dedicada
a las señoras Celina González y Carmelina Barberis,
grandes damas de la música guajira,

estrellas de la cultura cubana,
con todo mi respeto y admiración
Celina González y Carmelina Barberis; antes, después y siempre








Y además a Angel Romero ‘Cacharro’,
guitarrista campesino,
  como representante de los miles de acompañantes que, a lo largo de los años,

    han entonado los coros y puesto los acordes exactos para que brillaran los poetas y los cantantes.
      Sin ellos, los anónimos, los del conjunto, nada hubiese sido posible.

Ángel Romero "Cacharro"
Cacharro, el acompañante
de la González Celina,
de Barberis Carmelina,
ilustres diosas cantantes.
A los tres dedico el cante
que mi décima me inspira.
Tienen un arte que admira,
y que alegra el corazón.
Ustedes el alma son
de la música guajira.
                                            Yin Pedraza Ginori
                                           2 de agosto, 2014

EL GRAN PIQUETE
    Dudo que haya habido o haya en el futuro un programa como el legendario “Guateque Palmas y Cañas” de los años 60/70/80, en el que cada semana se presentaban las mayores estrellas de la música campesina cubana.

Coralia Fernández y Ramón Veloz
    Imagínense un show de jazz o de rock en la tv norteamericana que semanalmente nucleara, no esporádicamente sino como puntos fijos, a todos los más grandes grupos y solistas de esos géneros a nivel mundial. Pues eso era, por entonces, aquel dominical donde uno podía ver, en vivo y en directo, a un piquete increíble de figuras: Ramón Veloz, Coralia Fernández, Ramoncito Veloz, Joseíto Fernández, El Jilguero de Cienfuegos, Celina González, Los Compadres, Caridad Hierrezuelo, Carmelina Barberis, Evelio Rodríguez, Radeunda Lima, Martica Morejón, Juana María Casas ‘La mariposa’, Puntillita, Pío Leyva, Ojedita, Ramón Avilés, María del Carmen Prieto, José Ramón Sánchez 'El madrugador', Ana María Chomat, los tríos Matamoros y Taicuba, Clara y Mario, Ñico Saquito, el conjunto de Miguel Ojeda, el Campo Alegre de Raúl Lima, Los Montunos de José Manuel Rodríguez con Mongo Huerta y Acanda… Y en las controversias no sólo a Justo Vega y Adolfo Alfonso sentando cátedra sino también a Chanito isidrón, Fortún del Sol ‘Colorín’, El Indio Naborí, Angelito Valiente, Guambín y Guambán, Orlando Laguardia, Rigoberto Rizo, Raúl Rondón, Efraín Riverón... Todos los nombres importantes eran habituales del guateque.
Justo Vega y Adolfo Alfonso en "Guateque Palmas y Cañas"
    Lo dirigieron en aquella época “gloriosa”, por lo que recuerdo, Felipe Sarduy, Oscar García, Oscar Núñez, Homero Pérez… Y lo animaron, entre otros, la familia Veloz -Ramón, Coralia y Ramoncito-, el locutor que alargaba la r de su apellido -Agustín Rrrrrroque Fuentes- y Fernando Guardado, quien estuvo casi 40 años en el programa. (1)

domingo, 27 de julio de 2014

HACIENDO TELEVISIÓN CUBANA AL MEDIODÍA



LA TIRA DEL MEDIODÍA
    Allá por 1974/75 la tira de musicales del mediodía que se emitían por el Canal 6 de Televisión Cubana estaba conformada así:
    Lunes > “Mi pueblo”. Se dedicaba cada semana a una población cubana presentando sus datos históricos y sociales, fotos y, si era posible, la actuación de artistas locales.
    Martes > “La nueva escuela”. En colaboración con el Ministerio de Educación. Entre canción y canción, se hablaba de las actividades del MINED.

       Miércoles > “El piano”. Media hora con actuaciones de pianistas. No existió camarógrafo que se resistiera a tomar el plano en el que se veía la cara del músico reflejada en la tapa abierta del instrumento. Ni director que no lo sacara al aire por lo menos una vez por programa. Esa imagen se consideraba el colmo de la exquisitez.
    Jueves > “Cómo me gusta mi campo”. Ambiente guajiro. Lo dirigí en el 74 y en el 75. Hablo de él en otra pieza de este blog, localizable en este enlace
ENLACE

     Viernes > “Guitarras”. Presentación de guitarristas solistas, tríos y grupos.
        Sábado > “A través del lente”. Divulgación de la programación televisiva mezclada con actuaciones de cantantes.


VAYAMOS UN POCO ATRÁS EN EL TIEMPO
    Mi primer empate con el horario del mediodía fue "Música popular", un espacio dominical de variedades que hice diez veces, de marzo a agosto de 1969. En él se presentaban orquestas de onda bailable y se balanceaba el elenco con cantantes. Lo animaban Rosa María Medel (hija de Rosita Fornés) y Tony Pinelli (hijo de Germán).
    Pasando el tiempo, hice “En vivo”, que escribí y dirigí de junio del 69 a agosto de 1970. Salía al aire en directo de lunes a sábado, con la animación de Germán Pinelli y Verónica Lynn y ya me referí a él, en extenso, en una pieza de este blog a la que pueden acceder pulsando el siguiente enlace:
El Blog de Pedraza Ginori > TELEVISIÓN CUBANA: EN VIVO CON GERMÁN PINELLI Y VERÓNICA LYNN

domingo, 13 de julio de 2014

CONCURSO GUZMÁN 80 (2): AHÍ LES QUEDA ESO, YO VOY ECHANDO


Lo que van a leer ahora es la continuación de la anterior entrada de este blog, accesible al pulsar sobre el siguiente enlace:
LA GOLOSINA QUE OTRO PREPARÓ
    En ella he contado cómo debido al gran impacto masivo de nivel nacional alcanzado en las dos primeras ediciones, las del 78 y 79, del Concurso Adolfo Guzmán de Música Cubana ICRT, éste se había convertido en una golosina, en una pieza muy codiciable para los intereses de los encargados de la propaganda político-ideológica del país y también del núcleo dirigente de la Organización Sí Gubernamental denominada Movimiento de la Nueva Trova.
    El MNT, dentro de su campaña para controlar todo lo que tuviera que ver con la música y el espectáculo en Cuba, organizó un desembarco de sus huestes, prácticamente una invasión, en el III Guzmán.
    Yo, que era director general del evento, mantenía unos presupuestos artísticos y profesionales que no tenían nada que ver con los del Movimiento. Para los fines que éste perseguía yo era un estorbo, así que me vieron como un objetivo a batir.
    Ante los primeros intentos de manipular el concurso y de ningunearme, acudí a mis superiores en el Instituto Cubano de Radio y Televisión. Pero éstos, en lugar de frenar las maniobras de los novatroveros, miraron para otro lado.
    Para mí resulta evidente que acataron orientaciones que venían de arriba, de los despachos desde donde se manejaba al ICRT. Sus ocupantes querían politizar el Guzmán y las intenciones del MNT les vinieron de perilla. Es lo que yo he llamado “se juntaron el hambre y las ganas de comer”.
     Si bien conservé una cuota suficiente de poder que me permitió concebir la mayor parte de los espectáculos del evento de 1980 de acuerdo a mis ideas, la situación que se creó era totalmente anormal ya que yo no controlaba totalmente unos programas por los que me iban a juzgar el público, la prensa, los participantes y hasta la madre que me parió. En la práctica, tuve que aceptar que todo lo que tenía que ver con el Movimiento de la Nueva Trova dentro del evento estaba fuera de mi jurisdicción.

¿POR QUÉ NO RENUNCIÉ?
    Podía haber renunciado al principio del G-80 pero no lo hice. Pesaron estos dos motivos:
    a) el Guzmán era una oportunidad importante de llevar a término cosas que siempre soñé hacer. Probablemente ningún director de programas musicales de la historia de la televisión había tenido tantos recursos materiales y humanos ni tanto tiempo de preparación para trabajar. Y eso no era un regalo; fue producto del intenso esfuerzo y de los aciertos de mi equipo y yo en los dos Guzmanes anteriores. Entonces ¿por qué tirar por la borda sin luchar aquello que nos habíamos ganado a pulso?
    b) Confié que, en el día a día, podría ir manejando la situación si aplicaba mi táctica preferida: la de guerrilla, que me había dado buenos resultados en otras batallitas.
    Así que determiné tirar palante a ver qué pasaba, cómo se irían desarrollando los acontecimientos.

miércoles, 9 de julio de 2014

CONCURSO GUZMÁN 80 (1): CUANDO SE JUNTARON EL HAMBRE Y LAS GANAS DE COMER

CHÁCHARA DE CARÁCTER PERSONAL
    La enorme aceptación popular que había tenido en 1979 el II Concurso Adolfo Guzmán de Música Cubana ICRT, cuyos espectáculos se convirtieron en la comidilla del día a lo largo de toda Cuba, no trajo como consecuencia cambio significativo alguno en lo personal para mi esposa Loly Buján y para mí.

Pedraza Ginori y Loly Buján en 1980
    Tanto el magnífico trabajo que ella realizó desde la unidad de control remoto, al frente de las transmisiones de Televisión Cubana, como el que yo hice como creador y director general del evento fueron recompensados con muchas felicitaciones verbales y sonrisitas, algunas palmaditas en nuestros hombros por parte de dirigentes y un par de cartas de reconocimiento en las que se hablaba de lo buenos profesionales que éramos y del gran agradecimiento que el Instituto Cubano de Radio y Televisión nos tenía por haber metido aquel jonrón con las bases llenas que, en términos de relaciones públicas, significó un subidón considerable en el nivel de apreciación de las masas hacia el organismo.
    Recién finalizado el Guzmán 79, el ICRT nos convidó a pasarnos unos días en Varadero. Cuando pregunté, me dejaron claro que la invitación era solamente para Loly y para mí, que no podíamos llevar a alguien de nuestra familia.
    Ellos, los que iban habitualmente, trataban de mantener el secreto. Así que yo desconocía que nuestro centro de trabajo tenía a su disposición en aquel balneario, un chalé a pie de playa en el que sus altos funcionarios se pasaban parte de sus vacaciones de verano en compañía de sus familiares y sin que les costara un kilo prieto, absolutamente por la cara. Después me enteré de eso y de que habían establecido un sistema por el que se iban alternando cada siete o diez días. Hoy le toca a Fulanito y la próxima semana a Menganita. Siempre con sus respectivas parentelas.
    Aún considerando que había un montón de compañeros que pincharon muy duro en el Guzmán y se merecían disfrutar de Varadero tanto como nosotros, decidimos aceptar la invitación y cogerle al stablishment socialista unos días de descanso en la playa. El sistema, que tanto alardeaba de igualitario y justo, te ponía esas trampas deshonestas y uno caía en ellas, a sabiendas de que no era lo correcto, de que se estaba corrompiendo.

LAS CONDICIONES PRECARIAS
    Desde que nos habíamos casado, en 1970, Loly y yo vivíamos en condiciones precarias en el pequeño piso de los padres de ella, en un edificio ruinoso del municipio Habana Vieja.
    Al ver que nadie quería permutar con nosotros y que el ICRT le había resuelto el problema habitacional a algunas personas, en varias ocasiones habíamos solicitado a nuestro organismo que nos consiguieran una vivienda decente pero las respuestas oscilaban desde el “vamos a ver qué podemos hacer” hasta “por ahora, la cuota del organismo está en cero”.
    Una de las veces, nos invitaron a integrarnos a un contingente de voluntarios que se encargaría de construir un edificio dentro del plan de microbrigadas. Ante la planilla en blanco que pusieron en mis manos me surgieron unas cuantas dudas. Pregunté qué tiempo de trabajo sería necesario para obtener un apartamento. Me contestaron que no se sabía con exactitud pero que no bajaría de varios años.
    -- ¿Y tras ese período, es seguro que tendremos nuestra vivienda?
   -- Aquí nada es seguro. Una vez que se termine el edificio, se evaluará quien tiene derecho y quién no. Depende de lo que hayas trabajado y de tus condiciones como revolucionario.
    Decirles quiero que me pasé con ficha y, en lugar de meterme de lleno en el fascinante y encantador mundo del cemento, el ladrillo y la arena, preferí seguir haciendo programas de televisión.
    Ante los positivos resultados del Guzmán 79 recién finalizado y las muestras de gratitud del presidente del ICRT Nivaldo Herrera y su círculo más allegado de dirigentes, ante tantas sonrisas y palmaditas, creimos que era buen momento para renovar nuestra solicitud de vivienda. Pero no tuvimos éxito. No conseguimos nada. Ah, bueno, algo sí agarramos: la semanita en Varadero.

martes, 24 de junio de 2014

EL MENEÍTO DE LA NUEVA TROVA

A quien intente convertir la música cubana
en un juguete de sus intereses,
le espera el fracaso.
Inscripción aparecida en una de las paredes de las cuevas de Altamira.
Se supone que la grabó allí un hombre de Neardental.
O sea, que se trata de una verdad
que ya era conocida en el Paleolítico Superior.
Y sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX,
hubo gente que la ignoró
y pretendió pasársela por el forro.
Y, como era de esperar, se escachó.

    Es lícito y comprensible que un artista defienda sus ideas a través de su obra. Lo que no es de recibo es que tape bocas o conspire para que otros no se expresen o desarrollen su creatividad.
    ¿Alguien se imagina a Ñico Saquito, Miguel Matamoros y Arsenio Rodríguez urdiendo un chanchullo para borrar del mapa musical cubano a Ernesto Lecuona por no ser un sonero?

ABRE QUE VOY
    Cuando escribo este texto, a 41 años de la fundación del Movimiento de la Nueva Trova y a casi 28 del momento en que se disolvió como institución para integrarse en la Asociación Hermanos Saíz, circulan por Internet una serie de artículos y documentos laudatorios dedicados a realzar el aporte que el MNT hizo a la cultura cubana, categorizando a éste como una especie de sol maravilloso que llegó para iluminarla y enriquecerla. Al mismo tiempo, los autores de dichos textos evitan, cuidadosa y sistemáticamente, mencionar las manchas que tuvo dicho sol.

    Al leer esos materiales, he llegado a preguntarme "¿estarán hablando de la misma nueva trova que yo conocí? ¿Habrá existido más de una?
    Por causas generacionales y circunstanciales, me tocó ser testigo directo del novatrovismo. Por causas profesionales, de cierta manera, lo sufrí. Así que me he sentido tentado a decir algo al respecto, a recordar cosas que ocurrieron y que no es correcto que se oculten o se olviden.
    Abre que voy, cuidao con los callos.

domingo, 8 de junio de 2014

CONCURSO GUZMÁN 79 (1): JONRÓN CON LAS BASES LLENAS

    Déjame que te cuente, morena, deja que te diga la historia del Guzmán 79. Pero como tengo muchas cosas que relatar y ya aprendí que los textos de un blog no deben ser demasiado largos porque el visitante pierde la atención, se cansa y se va, pues me vas a permitir que divida mi narración en cinco partes.
    La primera es ésta. Las demás, las puedes a hallar pulsando los enlaces que aparecen al final de esta pieza. Te deseo buena lectura. Allá vamos.
 
FASTEN YOUR BELTS
    Alguien decidió premiar mi trabajo en el I Concurso Adolfo Guzmán de Música Cubana, regalándome un fasten. Así que en agosto de 1978 me vi montado en un avión rumbo a Polonia, formando parte de la delegación cubana al Festival Internacional de la Canción de Sopot integrada por cinco personas: los cantantes Nereyda Naranjo y Pablo Santamaría, Miguel Patterson, quien les dirigiría la orquesta en sus actuaciones, el Director de Música del ICRT Alberto Vera, que iba al frente del grupo y un piojo pegao que era yo.

    Mi tarea consistía en representar a TV Cubana asistiendo por las mañanas a una muestra internacional de programas de televisión que se celebraría en aquellos días en Gdansk, ciudad que está cercana al balneario de Sopot. Y por las tardes y noches, husmear por los ensayos y las funciones del festival para acumular experiencias que pudieran serme útiles.

DE LA NIÑEZ A LOS ASUNTOS
    De esta excursión a Polonia hablaré en alguna futura pieza de este blog. Ahora me refiero a ella por la vinculación que tuvo con el Guzmán 1979. Vera, Patterson y yo éramos miembros de la Comisión Organizadora del II Concurso. Y nos pasamos una parte significativa del tiempo del viaje hablando del evento pasado, de las cosas que debíamos superar y dándole vueltas a algunas ideas que se nos habían ocurrido para el próximo. Nos propusimos, como decía la canción, pasar de la niñez a los asuntos. Si el Guzmán del 78 había sido “la sorpresa”, el del 79 tenía que ser “el bombazo”.


 
Alberto Vera  //  Miguel Patterson  //  Pedraza Ginori

    A Vera le preocupaba cómo afincar la parte económica. El Guzmán debía tener su presupuesto propio y no andar pidiendo limosnas a todos los departamentos del ICRT. Era necesario que apareciera reflejado en el plan general del organismo para el año 1979.
    Patterson soñaba con más músicos sentados en los atriles y con conseguir algunos instrumentos electrónicos que dieran un toque más actual al sonido de su orquesta.
    Yo estaba obsesionado con el tema de los plazos. Para mí resultaba fundamental establecer unas fechas límite para cada tarea, de cumplimiento estricto, para acabar con el finalismo (1) que caracterizaba a todo lo que se hacía en Cuba.
    En cuanto al aspecto artístico, yo acariciaba dos empeños: el primero, aprovechar que Marta Valdés, que estaba en el altar de mis autores favoritos, había ganado el Gran Premio del Guzmán 78 para armar una gala con sus maravillosas canciones. Se lo debíamos a Marta, quien andaba desde hacía años inmersa en actividades teatrales y perdida de los medios de difusión másiva.
    El segundo, ampliar el espectro de acción directa del Guzmán a todo el territorio nacional. Guajirizarlo más, que el interior de la república estuviese más presente con autores, intérpretes y locutores que refrescaran los televisores de Cuba, que llevaban años mostrando una y otra vez los mismos rostros.
    Para ello quería introducir, junto al certamen de obras musicales, una competencia de intérpretes al estilo Eurovisión, con un representante por cada provincia cubana. Además de descubrir nuevas figuras –lo que de por sí era un objetivo importante- yo estaba convencido de que interesaría muchisimo a los televidentes si le incorporábamos a nuestro evento el aliciente de la rivalidad entre regiones, que estaba presente en el campeonato nacional de beisbol. No tuve que argumentar mucho. Mis compañeros de fasten me compraron enseguida la idea del Premio Nacional de Interpretación y a continuación comenzamos a darle taller.
    Terminado Sopot, en el avión de regreso a La Habana decidí aprovechar las muchas horas de vuelo que me tenía que meter y la presencia obligada de Patterson y Vera junto a mí, para esbozar un proyecto de planificación. Allí mismo, volando sobre el Atlántico lo discutimos, lo enriquecimos y lo aprobamos. Cuando nos bajamos en Rancho Boyeros, ya el Guzmán 79 se había puesto en marcha, ¡un año antes de su llegada al teatro Karl Marx!


CONCURSO GUZMÁN 79 (2): DE LA PAPA DE OCEGUERA A MARÍA ELENA, MEME Y FRANCO

    No es que sea obligatorio ni imprescindible, faltaría más, pero sí resulta recomendable que antes de leer esta entrada, le tiren un vistazo a la información que aparece en este enlace:


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    Del II Concurso de Música Cubana Adolfo Guzmán ICRT, celebrado en 1979, guardo algunas historias e impresiones. Ya que ha llegado el momento de hablar del Guzmán 79 en este blog, pues aprovecho para compartirlas con ustedes.
   
OCEGUERA LLEVA PAPA
    En tiempos del segundo Guzmán, el cardenense Joseíto Oceguera era probablemente el más popular cantante de la provincia matancera. Cuando compitió por nuestro Premio Nacional de Interpretación 1979, ya había cumplido 55 tacos y se había echado a la espalda muchos años de cantadera y malas noches. ¿Quién que haya disfrutado del Varadero de los años 60 no recuerda a Oceguera cantando sones y bolerones en las semioscuras pistas de baile del Kastillito, del Kawama o de La Bolera y metiéndose, a base de frases cargadas de picardía, con las parejas que bailaban?
    -- Ésta va dedicada a la trigueñita de aquella esquina y a su novio. Digo yo que es su novio porque, vamos, al ver la forma en que la está apretando...

El Kastillito de Varadero, en su época de esplendor
     A mediados de los 70, a un compositor de Jovellanos llamado Lázaro Carmona se le había ocurrido una guaracha dedicada a la papa. Y Joseíto la cogió pal trajín y la interpretaba con unas inspiraciones graciosas en las que planteaba que la papa le venía bien a casi todo, hasta al aguardiente coronilla.
    Con ella ganó en el Guzmancito que se celebró en febrero en el teatro Sauto de Matanzas y con ella se plantó en el Carlos Marx. Le bastó cantarla una vez, el sábado, para que “Para la papa” se convirtiera en un éxito tan mayúsculo como inesperado.


   El teatro, premiando su simpatía y su swing, se le entregó en aplausos y Oceguera se hizo famoso en toda Cuba de la noche a la mañana, en el sentido literal del concepto.
    Los 15 jurados provinciales le otorgaron los votos suficientes para obtener el segundo lugar de la competencia, solamente superado por un Fernandito Sánchez en plenitud de facultades.
    Durante esa misma noche y al día siguiente, la pizarra de Radio Progreso, que tenía abiertos sus teléfonos para que los oyentes eligieran al intérprete merecedor del Premio de la Popularidad, se vio inundada de llamadas a favor “del gordo de la papa”.
    En la Noche de las Premiaciones, yo lo puse a cerrar la primera parte del show. Y se repitieron los encendidos aplausos y las muestras de apoyo de la jornada anterior.

CONCURSO GUZMÁN 79 (3): DEL SUSTO DE VERA A LAS LÁGRIMAS DE ARCAÑO

    No es que sea obligatorio ni imprescindible, faltaría más, pero sí resulta recomendable que antes de leer esta entrada, le tiren un vistazo a la información que aparece en este enlace:

 
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    Del II Concurso de Música Cubana Adolfo Guzmán ICRT, celebrado en 1979, guardo algunas historias e impresiones. Ya que ha llegado el momento de hablar del Guzmán 79 en este blog, pues aprovecho para compartirlas con ustedes.

EL SUSTO DE VERA
Alberto Vera

    Como había ocurrido en 1978, el compositor Alberto Vera, responsable de la Dirección General de Música del Instituto Cubano de Radio y Televisión, fue el Presidente de la Comisión Organizadora del Guzmán 79. Y al igual que el año anterior, se volcó en los preparativos del concurso. Él y yo nos conectamos desde el primer momento; entre los dos se creó una relación de respeto y armonía que funcionó muy bien.
    Unos días antes de comenzar los espectáculos en el teatro, Vera sufrió un infarto cardíaco y, al ser hospitalizado, tuvo que perderse este segundo Guzmán.
    Me pareció una jugarreta de la casualidad que uno de las personas que más habían trabajado por el evento, no pudiera estar presente en la etapa final, ni siquiera como televidente ya que sus médicos le habían prohibido emocionarse.
    Este susto que el corazón le dio, le inspiró para crear una de sus canciones más conocidas: “Lo que me queda por vivir”.

    Afortunadamente, a Vera no le tocaba aún irse del parque. En los meses que siguieron se repuso y pudo meterle mano al Guzmán que hicimos en 1980.

LO INSÓLITO: 
LAS GUAGUAS ESPERANDO POR LA GENTE
    Nota publicada en Juventud Rebelde el 8 de agosto de 1979:

    "Con el fin de facilitar la transportación del público asistente a los espectáculos del Concurso Adolfo Guzmán 79 en el teatro Carlos Marx, la Empresa de Omnibus Urbanos de Ciudad de La Habana reforzará el servicio del 9 al 12 de agosto a partir de las 6:00 p.m. de las rutas 20, 57, 81, 82, 98, 110 y 132.
    Asimismo, a la terminación de cada función, se dará un servicio adicional con los ómnibus de las rutas 20, 37, 68 y 82".

 

    Resultaba un espectáculo tan extraordinario como el mismo Guzmán, salir del teatro a la una de la madrugada y encontrarse los alrededores del Karl Marx repletos de autobuses parqueados que esperaban para llevarse de allí al público. Daba gusto ver a los pájaros tirándole a la escopeta.
    El que esto ocurriera no por causa de un evento político o deportivo sino de uno musical, era el mejor ejemplo de que algo estaba pasando, de la relevancia que había adquirido lo que estábamos haciendo.

CONCURSO GUZMÁN 79 (4): LO QUE DIJO LA PRENSA


    El I Concurso de Música Cubana Adolfo Guzmán ICRT, celebrado en 1978, había resultado un evento sorprendente por lo inesperado y dejó una sensación agradable en la población. Su éxito trajo tres grandes consecuencias:
    La primera fue la gran responsabilidad que cayó sobre los hombros de quienes formábamos parte de la Comisión Organizadora del Guzmán 79. Estábamos obligados a superarnos.
    La segunda, muy buena para nuestra gestión, que esta vez nos íbamos a encontrar abiertas muchas puertas de empresas, instituciones y particulares.
      La tercera, que existía un gran expectación de la gente en la calle. Era evidente que, desde que publicamos la convocatoria, nos convertimos en un generador de noticias; todo el mundo quería saber qué estábamos preparando, de qué iba la cosa.

    Además de las emisoras de radio y televisión que, por pertenecer al patio del ICRT, divulgaron la información que nos interesaba, tengo que señalar la gran ayuda que nos prestaron los órganos de prensa de todo el país. Su colaboración fue más allá del cumplimiento de una orientación bajada de las alturas. Los periodistas, no pocas veces por iniciativa personal, jugaron un papel muy significativo en la campaña de comunicación del segundo concurso.
    Éstos que les voy a incluir a continuación son algunos ejemplos de la amplia repercusión del Guzmán de 1979 en los medios escritos antes, durante y después de las jornadas celebradas del 9 al 12 de agosto en el teatro de Primera y 10, Miramar.

    Aclarar quiero que los textos que aparecen en negritas son copia fiel de los artículos y crónicas que se citan.

CONCURSO GUZMÁN 79 (5): LOS QUE ME PUSIERON A PARIR

INTRODUCCIÓN
    Ésta es la quinta y última entrega de mis memorias sobre el II Concurso Adolfo Guzmán de Música Cubana ICRT. En ella, me referiré a la actitud que tomaron ante dicho evento algunas personas vinculadas al Movimiento de la Nueva Trova o simpatizantes del mismo.
    En la próxima pieza de este blog abordaré con más amplitud aspectos de lo que fueron mis relaciones, no siempre fáciles, con dicho movimiento y la gente que se movía en su entorno.

    Para comenzar la presente pieza, me parece relevante que se sepa que en las dos primeras ediciones del concurso, de las que fui director general, participaron los siguientes integrantes del MNT:

Guzmán 78
Eduardo Ramos (integrante del jurado)
 Tony Pinelli (autor de obra finalista)
  Lázaro García (autor de obra finalista)
   Martín Rojas (autor de obra finalista)
    Jesús del Valle “Tatica” (intérprete de obra finalista)
     Freddy Laborí “Chispa” (intérprete de obra finalista)
      Cuarteto Los Cañas (intérprete invitado)
       Miriam Ramos (intérprete invitada)
        Alejandro García ‘Virulo’ (intérprete invitado)
         Grupo Síntesis (intérprete invitado)

Guzmán 1979
Eduardo Ramos (integrante del jurado)

 Ramiro Gutiérrez (autor de obra finalista)
  Rodolfo de la Fuente (autor de obra finalista)
   Lourdes Caro (autora de obra finalista)
    Lázaro García (autor de obra finalista).
     Grupo Manguaré (intérprete de obra finalista)

      Dúo Escambray (representantes de la provincia Cienfuegos en el PNI)
       Gustavo F. Remedios (representante de Isla de la Juventud en el PNI)
        Miriam Ramos (artista invitada)
         Amaury Pérez Vidal (intérprete invitado)
          Sara González (intérprete invitada)
           Silvio Rodríguez (intérprete invitado)
Nota:
    Pablo Milanés fue invitado a cantar en el Guzmán 79 y no aceptó.


    La relación anterior revela que ni el concurso ni yo teníamos prejuicios o animadversión contra el Movimiento de la Nueva Trova. Tanto en el 78 como en el 79, los encargados de elegir las obras finalistas actuaron sin presiones y seleccionaron, de entre las enviadas, aquellas que consideraron con calidad suficiente para competir. A éstas, la Comisión Organizadora les adjudicó los mejores cantantes y orquestadores posibles. En ningún momento se tuvo en cuenta si sus autores o intérpretes pertenecían o no al MNT.

    En lo personal, algunos de los que pasaron por el escenario del Carlos Marx me caían como una patada en los huevos. Desde el punto de vista musical, había intérpretes que no me daban ni frío ni calor pero tenían una valía demostrada y un público significativo que les seguía. Y estos dos últimos aspectos fueron factores determinantes para que yo los eligiera a la hora de configurar los elencos. Yo era un profesional y como tal, programé a los artistas de las galas y a los invitados atendiendo a los resultados artísticos que yo pretendía alcanzar y no a mis gustos o afinidades.


    Establecido lo anterior, pasemos al meollo de esta crónica.

martes, 13 de mayo de 2014

CONCURSO GUZMÁN 78, LA SORPRESA

Esta pieza de mi blog la dedico a toda la gente que se dejó la piel
para que el Guzmán 78 fuera lo que fue.
A mis compañeros y colaboradores que, donde quiera que estén,
seguramente recuerdan aquellos días lejanos, agotadores y felices
con la misma emoción y el mismo cariño conque los evoco yo.


SE VA LA LIEBRE
    El viernes 20 de enero de 1978 apareció publicada en el diario Granma, de circulación nacional, una información sobre un nuevo certamen organizado por el Instituto Cubano de Radio y Televisión: el Primer Concurso Adolfo Guzmán de Música Cubana.
    Se trataba de una más de las miles de iniciativas de todo tipo que se hacían en saludo al XI Festival de la Juventud y los Estudiantes, que se celebraría en Cuba en el verano de aquel año.
    La nota del Granma incluía la convocatoria y las bases, que reproduzco aquí precisando algunas modificaciones que se hicieron después.

CONVOCATORIA
El Instituto Cubano de Radio y Televisión espera el XI Festival Mundial
de la Juventud y los Estudiantes con un evento de gran significación,
el primer Concurso “Adolfo Guzmán” de Música Cubana ICRT.
A tal efecto invita a todos los autores musicales residentes en el país
a participar en este concurso que habrá de celebrarse
en la Ciudad de La Habana los días 29 y 30 de junio y 1 y 2 de julio de 1978. 
Estas fechas se cambiaron posteriormente. Los espectáculos del concurso se celebraron del 15 al 18 de junio de 1978.

B A S E S
1. Las obras que se remitan podrán ser de cualquier género de la música cubana,
inéditas o que no hayan sido ejecutadas en público, y tendrán como tema único
“la juventud”, que podrá ser tratado libremente.
2. Las obras deben estar escritas a tres pentagramas.
En el pentagrama superior irán la línea melódica y la letra,
debiéndose colocar la misma por sílabas debajo de las notas correspondientes.
Los dos pentagramas restantes serán para la armonización de la obra.
3. Cada autor podrá presentar dos obras como máximo.
4. Las obras a concursar no tendrán un carácter anónimo
por lo que en un lugar visible deberán llevar el nombre y la dirección
del autor o autores, en el caso último señalando la participación
de cada cual en la creación.
5. Las letras de las obras, además de lo expresado en el punto 2,
deberán enviarse escritas a máquina en original y copia.
6. El jurado sólo seleccionará una obra por cada autor,
devolviendo al término del concurso las obras que no sean escogidas.
7. La decisión del jurado es irrevocable e inapelable.
8. Las obras seleccionadas serán objeto de una cuidadosa
orquestación e interpretación. El jurado será responsable de señalar
los orquestadores e intérpretes idóneos para cada obra.
El jurado no decidió quienes serían los orquestadores e intérpretes. Lo hizo la Comisión Organizadora.
9. Las obras seleccionadas serán ampliamente divulgadas
en la programación de radio y televisión,
con el propósito de dar a conocer las mismas y sus autores.
10. Se otorgará un Gran Premio de $1,000.00
además de un Primer Premio de $750.00 y un Segundo y Tercero de $500.00
cada uno, que con ocho menciones harán un total de doce obras premiadas.
Se otorgarán tres premios del público a las mejores interpretaciones,
un premio a la mejor orquestación y un premio que otorgará la prensa.
Al constituirse el jurado, no se le obligó a dar ocho menciones y se le dejó en libertad para conceder la cantidad de ellas que considerara oportuna. También se determinó entregar diplomas (llamados “distinciones”) a las obras finalistas que no recibieran galardones.
Al final, el público otorgará un premio a la mejor obra
según el criterio que se recoja en todas las provincias
y que se dará a conocer el día de las premiaciones.
Debido a la dificultad de establecer un sistema rápido y fiable de recogida de votos en las provincias, la Comisión Organizadora suspendió el anunciado premio del público de nivel nacional.
Las obras premiadas serán impresas en un disco de larga duración
de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales.
11. Las obras podrán entregarse o enviarse por correo certificado
a partir del 15 de diciembre de 1977 al 31 de marzo de 1978
en las oficinas del concurso, Instituto Cubano de Radio y TV,
Calle 23 entre L y M, Vedado, Habana 4.
Las entregas personales serán en horas laborables.
Comisión Organizadora.

    Me enteré de la existencia del concurso leyendo aquel Granma.
Alberto Vera
     Pocos diás después, yo caminaba por el pasillo exterior del edificio Radiocentro que daba a la calle 23 cuando me topé con el compositor Alberto Vera (1), quien era a la sazón Director General de Música del ICRT.
    En nuestra charla salió a relucir la convocatoria. Me dijo que el organismo quería darle bola al certamen, que tuviera amplia repercusión, ya que se trataba de un evento en saludo al onceno festival. Y me invitó a dirigir los espectáculos en los que se presentarían las obras finalistas y las premiaciones. Dije que sí inmediatamente.
    -- Ve pensando a ver qué se te ocurre y, cuando tengas una idea, ven a verme –remató Vera aquel encuentro informal al aire libre.